La situación es grave para la salamandra Pseudoeurycea robertsi, especie microendémica del Nevado de Toluca y enlistada como en peligro crítico de extinción, al contabilizarse 250 ejemplares, pues recientemente hubo un cambio de recategorización que abre nuevas áreas a la tala comercial donde entra el oyamel, abeto del que depende casi en totalidad su ecosistema.
Esta especie se integra a las 16 en peligro de extinción que se registran en el Estado de México, las otras categorías son situación de amenaza (52) y sujetas a una protección especial (82). En la entidad se tienen contabilizadas mil 347 animales.
El biólogo Armando Sunny, del Centro de Investigaciones Biológicas Aplicadas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), estudia la salamandra robertsi desde hace tres años. Es un anfibio que inicialmente se descubrió en la comunidad de Raíces, pero tiempo después se hicieron estudios aislados y se encontraron ejemplares en otros lugares, sin saber cómo estaban sus poblaciones.
En ese momento me decidí hacer un trabajo de muestreo en todo el Nevado de Toluca y encontré 11 poblaciones, muchas de ellas son nuevas, lo interesante de este estudio es que están correlacionadas con el bosque de oyamel, así que hice un análisis de modelado de nicho ecológico con diversas variables ambientales.
Los resultados revelaron que de las variables que se pusieron a prueba para la preservación de la especie la más importante fue la presencia del bosque de oyamel que llegó a un 84%, el cual constituye su ecosistema primario, en menor grado el bosque mesófilo de montaña que se caracteriza por ser de neblina.
En una publicación reciente, dada a conocer el 16 de marzo del presente año en la revista Genética, el investigador describió que se hizo un estudio sobre la diversidad genética y reconstrucción demográfica de esta salamandra, cuyo resultado fue que existe de poca a moderada diversidad, esto quiere decir que si cambia su ambiente es posible que no pueda adaptarse.
De ahí la importancia de preservar su ambiente; sin embargo, con el reciente cambio de recategorización del Nevado de Toluca se abrieron nuevas áreas a la tala comercial, y gran parte corresponde al bosque de oyamel.
En otro estudio reciente dio a conocer que la tasa de cambio de varias coberturas vegetales el bosque de oyamel del 2002 al 2011 se ha mantenido constante, pero se han perdido bosques de pino, pastizales naturales, vegetación árida, encino y lo que ha ganado es la agricultura y zona urbana.
Ahora con el cambio de recategorización al abrirlo a la tala comercial lo que sigue es que habrá una disminución importante, esto no sólo afectará a la salamandra que únicamente se encuentra en este lugar, sino a muchas otras especies que están asociadas al bosque de oyamel como son las culebras, ranas, serpiente de cascabel y lagartijas.
Según el investigador, la mayor proporción de bosque de oyamel en el país se encuentra en el eje neovolcánico, la cadena montañosa que recorre a México por el centro y donde se encuentra el mayor número de zonas urbanas, como Ciudad de México, Toluca, Guadalajara y Puebla.
En Toluca se encuentra el 91.1% del bosque de oyamel, pero dentro del eje únicamente sólo hay el 1%, por lo tanto es muy escaso.
Sunny reconoció que no se había hecho un conteo de ejemplares, pero ahora después que hizo el muestreo logró registrar 250 salamandras distribuidas en todo el Nevado de Toluca; había sitios de oyamel altamente conservados como en la zona de Amanalco, donde pudo encontrar un promedio de 40 salamandras; en Rancho Viejo, más de 20; sin embargo, estos números contrastan con zonas impactadas por la excesiva deforestación, tal es el caso de Raíces, donde únicamente se hallaron dos o tres de estos anfibios.
Otro de los análisis demuestra que el daño que se ha hecho a los troncos de árboles afecta gravemente a esta especie, pues viven en ellos, y la problemática inicia porque la gente de las comunidades cercanas utilizan los troncos como leña para diversos usos, de ahí que se propongan campañas para que la población deje de afectar su hábitat.
El próximo reto
Después de recabar todo la información de campo, el investigador externó que la misión más importante es hacerles ver a las autoridades la importancia de cuidar y conservar los bosques de oyamel porque hay pocos y se están acabando, además de concientizar a la gente para cuidar la naturaleza y de esta forma conservar lo que nos queda de biodiversidad.
Si quieren bosques con fines comerciales se pueden seleccionar zonas donde no hay biodiversidad porque por mucho tiempo se dedicó a la agricultura, en esas zonas los árboles crecen muy rápido, pero no tocar las zonas conservadas; con todos estos estudios juntaré la evidencia necesaria para llegar con las autoridades y decirles que si destruyen esos bosques van a morir todas estas especies.
El bosque de oyamel tiene una capacidad de regeneración muy grande, pero lo que hacen las autoridades cuando tratan de reconstruir es que plantan los árboles en pastizales destruyendo toda la fauna y después con el tractor van haciendo líneas como si se tratara de agricultura de maíz, lo que hacen es un ambiente homogéneo, cuando el que se necesita es el heterogéneo para tener más especies de animales y árboles secundarios.
“Sus métodos de reforestación son bastante malos, en vez de ayudar están afectando, además normalmente en la zonas del oyamel cuando regeneran lo que meten es pino, al final se mueren los árboles porque no tienen protección de los más grandes, por eso hay muchas cosas que decirles a las autoridades, pero espero pronto hacerlo”, sostuvo.
De manera adicional es importante que la gente que vive cerca del ecosistema de la salamandra conozca su importancia ecológica, pues ayuda a la disminución de insectos y sobre todo del gusano descortezador de los árboles, además alberga una gran variedad de especies endémicas del país, y es muy escaso.
El especialista, egresado de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), y con estancias académicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, dijo que si bien la tala clandestina es un problema importante, también la legal, porque siempre ve camiones cargados con autorización de la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que no ayudan en la conservación de la especie.
Al final no sólo es importante publicar los resultados en revistas científicas, es tratar de hacer llegar esta información al público en general, es una especie microendémica que se conocía muy poco de ella, sólo había estudios para saber las relaciones filogenéticas en los los años 40.
Finalmente reveló que en el Nevado de Toluca hay en total cuatro especies de salamandras, pero el resto tiene distribución en otras partes del país, por lo que su siguiente estudio será la relación que tienen en el nicho ecológico.