(Galería) Gusto por los reptiles

Dicen que en gustos se rompen géneros y es precisamente la afinidad por las mascotas poco convencionales, lo que comparte la pareja de Lu Ramírez y Jonathan Campiran , quienes han encontrado en la colección de reptiles otra actividad para desarrollar en su matrimonio.

El dúo, que tiene su residencia en la capital mexiquense, ha adecuado uno de sus cuartos para alojar a más de 40 reptiles, en su mayoría serpientes y algunos lagartos que conforman su colección.

Ramírez comentó que ella comenzó a tomar gusto a estas especies hace aproximadamente 5 años, cuando adquirió a su primera iguana. “La afición nació por mi parte, después conozco a mi pareja y comenzó a interesarse por esto, fue cuando decidimos juntar ejemplares”.

Todos los animales que adquieren provienen de comercializadoras o criadores que avalen la legalidad del ejemplar, varían de precios, pero comentaron que los más caros que conservan por su rareza son su pitón bola bumblebee y la reina gran mexicana. ”Nuestra colección está formada por exóticos, éstos se denominan así porque son ejemplares que no son originarios de nuestro país, pero también tenemos endémicos, ósea que los encuentras en nuestro territorio”.

Ambos comentaron que no pensaban llegar a juntar muchos ejemplares y, tras agrandar su colección, dieron el salto a creadores de la PIM (Predios o Instalaciones que Manejan Vida Silvestre) “Queen snake”. "Tuvimos que registrarnos ante SEMARNAT, cumplir todos sus requisitos; constantemente nos hacen revisiones para que vean cómo mantenemos nuestro plan de manejo”.

Sobre sus gustos, comentaron, se tienen algunos estigmas a ciertas especies ”Me he topado gente que dice que son animales del demonio, especialmente las serpientes” explicó la criadora, pero aseguró que el cuidado es como toda mascota, checar la limpieza, alimentarlos y cuidar sus parámetros de temperatura, así como la humedad.

Para finalizar aconsejaron, a quienes busquen adquirir algún animal de este tipo, es esencial comprar sus aditamentos para darles un hogar óptimo, su terrario o acua-terrario (focos, encierros, escondites o bebedero), buscar un ejemplar que se amolde a las necesidades de cada coleccionista e investigar sobre sus cuidados.