Los cubrebocas, guantes y caretas tienen un impacto negativo en el comportamiento y la vida de las criaturas marinas y sus ecosistemas, el cual se ha agudizado con el surgimiento de la pandemia del Covid-19, los esfuerzos por reducir su impacto no han sido suficientes.
La principal razón es que aún no existe una política eficiente en cuanto a cómo desechar este tipo de materiales, la manera en que los países han estado usando las políticas comerciales para combatir la contaminación por plásticos ha sido descoordinada. Esto ha limitado la efectividad de los esfuerzos, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esto no solo tiene efectos nocivos en los ecosistemas acuáticos, también afecta negativamente a la economía mundial, según Teale Phelps y Sam Cooke, investigadores de OceansAsia, este fenómeno le cuesta aproximadamente 13 mil millones de dólares anuales a las industrias de turismo y pesca.
Sin embargo existen alternativas para combatir el problema, entre ellas regular la producción y el consumo de materiales plásticos dañinos para los ecosistemas marinos, así como el uso de mascarillas con materiales no tóxicos biodegradables.
También los gobiernos deben coordinar mejor sus esfuerzos e implementar medidas como cambiar el comportamiento del consumo, lo cual es abordado por un estudio publicado en 2021 en la revista académica Polo del Conocimiento.
Además de involucrarse los gobiernos y empresas es fundamental la participación de la población en general que ayudará a reducir la cantidad de desechos plásticos en los océanos.