Utilizadas principalmente por los campesinos para saber en qué momento sembrar, las cabañuelas son un método tradicional basado en la observación de las condiciones atmosféricas en los primeros 12 días de enero, pues esos determinarían el clima en los próximos meses.
De acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), su origen viene desde el tiempo de los mayas y los aztecas, quienes tenían un calendario de 18 meses con 20 días donde los primeros 18 días los ocupaban para predecir el clima de los meses siguientes.
Por ejemplo, si el día 9 de enero es nublado, templado y lluvioso, entonces se dice “Ah, es que estamos en la cabañuela de septiembre”.
Sin embargo si al siguiente día (10) hace calor con vientos aislados, el mes número 10 (que en este caso corresponde a octubre) se predice que pueda ocurrir un fenómeno similar.
Cada día tiene un mes que se le atribuye de manera sistemática: del 1 al 12 es ascendente y del 13 al 24 descendente, del día 25 al 30 se toman por medio día para cada mes; desde la madrugada hasta el mediodía, la tarde y noche, finalmente día 31 con sus 24 horas cada dos horas son asignadas a cada mes, a partir de la madrugada.
Con el registro de todos los días y sus horas correspondientes a cada mes del año, si volvemos al mes de junio, sabemos que sus días son el 6, el 19, la tarde y noche del 27, y las horas de las 12:00 a la 1:59 de la tarde del día 31.
Pese a los avances tecnológicos y alteraciones por el cambio climático las cabañuelas se siguen utilizando en lugares alejados de la ciudad.