En la zona boscosa de la comunidad de San José Epifanía cuidan un laboratorio natural conformado por siete hectáreas para reintroducir serpientes, cacomixtles, ardillas, entre otras especies.
Esto con el fin de fomentar la educación ambiental y preservar el hábitat natural de especies que todavía subsisten en el lugar.
Durante una visita al “Bosque San Isidro Rancho Ecológico”, Luis Felipe Valdés platicó sobre este proyecto multidisciplinario que primero busca fomentar la educación y posteriormente convertirse en una Unidad de Manejo para la Conservación y Aprovechamiento Sustentable de Vida Silvestre (UMA).
En este sentido, indicó que en un primer momento, la intención era establecer un parque de tinte agrícola, pero posteriormente con la vida silvestre que todavía prolifera en la zona se crea un laboratorio natural.
Para ello, explicó que desde hace tiempo y derivado de un estudio minucioso de la zona se comenzó con la reintroducción de especies endémicas de la zona como algunas serpientes, culebras de agua, otros reptiles como camaleones, aves rapaces, cacomixtles, tlacuaches e inclusive en un futuro se espera contar con coyotes.
Tras un recorrido realizado por la zona boscosa, Valdés reintrodujo cuatro serpientes, entre ellas un par de víboras de cascabel.
“Es un proyecto en el cual hemos trabajado desde hace 10 años, primero para establecer la infraestructura, pues esto antes era un potrero. Lo más complejo fue cercar la zona y ya se logró, por lo que ahora ya se está tratando de reintroducir las especies a su hábitat natural con el fin de conservar las especies.
“La idea de este proyecto es meramente educativa hacia la vida silvestre, es como crear un laboratorio natural para divulgación científica, pues tenemos en mente inclusive organizar la trepa de árboles para la observación de la fauna”, añadió.
De hecho, anunció que en el mes de septiembre llevarán a cabo un campamento para hacer herbarios, recolectar flora nativa, observar aves. Es decir, recalcó, complementar la educación ambiental con una experiencia vivencial en el campo.
En un futuro, aseveró, el modelo aspiracional es crear una UMA como la que se encuentra en el municipio de Coatepec Harinas, aunque para eso requiere de un plan de manejo y otros requerimientos ambientales.
“Ahorita hay algunas especies, pero tenemos el proyecto de contar con un espacio para contar con coyote, además de otro lugar para poder conservar el ajolote, entre otras especies endémicas de la zona”, estableció.
Recalcó la importancia de preservar esta zona, ya que derivado de diversos factores se ha destruido el hábitat de muchas especies, concluyó.
TIPOS DE SERPIENTES
En México existen aproximadamente 580 especies de serpientes, y 77 de ellas son venenosas. Se suele hablar de picadura de serpiente, pero en realidad es mordedura, ya que clavan sus colmillos y no un aguijón. Unos agujeros especiales en sus colmillos inyectan el veneno en la sangre una vez que atacan. Asimismo, en el país ocurren más de 27 mil picaduras de serpiente al año.
Los cinco tipos de serpientes venenosas de México, que engloban a 77 especies son las siguientes: coralillos o serpientes de coral; serpientes de cascabel o crotales; nauyacas o víboras; cantiles y una serpiente marina.
CORALILLOS
Hay 18 especies dependiendo de la especie, la longitud van de 35 centímetros a 1.5 metros de largo. No suelen morder como técnica de defensa, a no ser que sea su último recurso y no suelen atacar a no ser que se las moleste.
Se alimentan de reptiles más pequeños, anfibios, insectos y también cazan peces y pequeñas aves. Ante la escasez de comida pueden ser caníbales. Su veneno es un potente neurotóxico que ataca al sistema nervioso central entre cinco minutos y media hora después de la mordedura y puede ser mortal.
SERPIENTES DE CASCABEL
Existen 36 especies y las serpientes de cascabel, son un grupo de víboras venenosas que solamente viven en el continente americano, desde Canadá hasta Argentina.
A excepción de la Crotalus catalinensis, todas ellas poseen un cascabel en la punta de la cola, que agitan y hacen sonar a modo de aviso. Son bastante agresivas y pueden atacar inesperadamente, aunque sólo para defenderse.
Pueden llegar a pesar cuatro kilos y medir 2.5 metros. Su veneno ataca los glóbulos rojos de la sangre y los vasos sanguíneos.
Mientras que la mordedura es extremadamente dolorosa y puede ser letal para las personas, además se alimentan de reptiles, anfibios, pequeños y medianos mamíferos como ardillas, conejos, insectos y también cazan aves. Pueden llegar a ser caníbales.
NAUYACAS
De este tipo hay 20 especies y son víboras de foseta que pueden llegar a medir 2.5 metros de largo y pesar más de 6 Kilos. Son serpientes bastante nerviosas e impredecibles cuando se las molesta. Se alimentan de pequeños reptiles como lagartijas, lagartos, otras serpientes, mamíferos pequeños como ratas y ratones y pájaros.
Su mordedura es muy dolorosa y puede llegar a causar la muerte si no se trata a tiempo.