Estos son algunos de los juguetes tóxicos de los 90's

Por exceso de curiosidad corrimos riesgos que hoy muchos padres no les permitirían vivir a sus hijos

El Sol de Toluca Online

  · domingo 9 de junio de 2019

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Peleas con lodo y piedras, luchitas al estilo de las caricaturas, cascaritas de futbol en las calles esquivando autos... Cuando echas un vistazo hacia los recuerdos de los que nacimos en los ochenta y noventa, seguro te cuestionarás cómo fue que sobrevivimos a nuestra infancia.

Por exceso de curiosidad corrimos riesgos que hoy muchos padres no les permitirían vivir a sus hijos. Desde algunos tipos de plastilina, hasta juguetes pintados con plomo, muchas de las cosas con las que jugábamos son potencialmente peligrosas.


Muñecos que crecen con el agua

¿Recuerdas las figuritas de plástico que al dejarlas en agua aumentaban su tamaño? Ver crecer a un dinosaurio rompiendo su huevo en un frasco no sería ningún riesgo, de no ser porque más de algún niño confundió estas coloridas figuras con gomitas y entonces se acabó la diversión. Dentro del cuerpo, los líquidos corporales las hidratarán, logrando que crezca y ocasione vómitos y obstrucción de órganos.

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Mercurio

Efectivamente, el mercurio no es un juguete, pero si todavía te tocaron los termómetros con mercurio dentro, entonces sabrás lo divertido que era cuando estos se rompían y podías tocar esa misteriosa sustancia plateada. Lo que quizá no sabías es que, si se inhala, este metal puede ocasionar temblores, vómitos, dificultad respiratoria y hasta daño pulmonar.

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Figuras con pintura de plomo

Muchos de tus cochecitos y muñecos de acción fueron pintados con plomo, cadmio y níquel; metales que, a largo plazo, pueden ocasionar cambios de comportamiento, agresividad, dificultad en el aprendizaje, crisis convulsivas, dolor abdominal y problemas gastrointestinales. El plomo no se ve a simple vista y no tiene olor. Así que la única forma de evitarlo es comprar juguetes que describen sus componentes en el empaque.

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Lásers

Muchas veces los adultos nos dijeron “esas cosas dejan ciego”. Qué sabrían ellos, ¿no? A diferencia de todas las veces en que los adultos exageran, en esta ocasión tu maestra tenía razón, las luces de estos dispositivos son tan potentes que incluso en 2011, en Brasil, los prohibieron por enceguecer a los pilotos de un avión en pleno vuelo. Imagínate lo que habrían hecho a la retina de tus amigos a unos metros de distancia.