Toluca, Mexico.- Al buscar insertarse en el mercado laboral y volverse auto-suficientes, las personas con discapacidad visual han encontrado un nicho de trabajo en el arte de la sanación. Y es que los invidentes pueden ser excelentes masajistas, pues su imposibilidad de ver los lleva a desarrollar habilidades alternas y a tener una mayor sensibilidad táctil, tal es el caso de una treintena de especialistas en masoterapia ubicados en la Plaza Loreto, en pleno corazón de la CDMX.
De acuerdo con algunas personas atendidas, los masajistas pueden brindar desde una terapia antiestrés hasta cuestiones más serias como lesiones deportivas, luxaciones, torceduras, esguinces, desgarres musculares, desviaciones de columna vertebral, dolores de cintura, lumbalgias, ciáticas, parálisis facial y hemiplejias.
Rosa García cuenta con una carpa en la que anuncia la serie de masajes y dolencias que sus manos son capaces de curar, trabaja en la bulliciosa plaza desde hace cinco años para “ayudar a las personas de bajos recursos, porque lo que nosotros cobramos aquí en la plaza son precios bajos, desde 50 pesos, 80 pesos, 150 pesos”.
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Cada día, con excepción de los martes y domingos, días en los que nadie trabaja en esa plaza, ella se despierta a las seis de la mañana para llegar en punto de las ocho, ella misma coloca con mucho cuidado su lona color amarillo, las varillas de su carpa, así como su cama y mesa de masajes, las retira poco antes de las seis de la tarde y las lleva de nueva cuenta a su casa, más adelante del metro Martín Carrera.
Es un poco complicado por estarse moviendo de un lado a otro, pero eso no nos detiene el camino, es como una barrera, de alguna manera tenemos que brincarla, de una u otra forma tenemos que salir adelante porque nosotros no tenemos apoyo de nadie, bueno, al menos yo soy para mí misma, yo sola, soy independiente.
Por otra parte, Arturo Ramírez con 64 años de edad, lleva seis como técnico profesional en masoterapia, también es egresado de la Escuela Nacional para Ciegos, desde los 35 años es débil visual y con el tiempo quedó ciego, fue así como decidió estudiar esa carrera, cuya duración es de tres años.
Explicó que la masoterapia es considerada como una rama de la fisioterapia que utiliza distintas técnicas de masaje y él sabe trabajar masajes relajantes para reducir los niveles de tensión y estrés en las personas, así como el terapéutico, que es más específico para luxaciones, parálisis y otros padecimientos, de lo que se trata, dijo, es de “localizar el golpe, y ayudar a que el dolor cese”; sin embargo, señaló que la mayor parte de quienes visitan plaza buscan masajes relajantes, “vienen todos tensos”, comenta entre risas.
Leobardo Alegría, quien aún estudia la carrera de masoterapia en dicha institución explicó que la terapia de masajes es funcional; sin embargo, en México es poco valorada.
“México es de los pocos países donde el masaje no es muy socorrido, casi todos los demás países, Canadá, Estados Unidos, Francia, Suecia, China, Japón y Tailandia, son muy socorridos” e incluso añadió que el masaje puede ayudar a mejorar los niveles de estrés y los nervios, además de asegurar que es posible controlar problemas de ciática, sub esguinces y torceduras, por solo mencionar algunos de los diversos problemas físicos.
La fuente Victoria, en medio de la Plaza Loreto, es cuidada por Don Ángel, él se encarga de cambiar el agua y verificar que el jardín esté limpio, incluso de cuidar a los niños que juegan sin miedo en sus aguas, él ayuda con prontitud a los terapeutas que trabajan ahí con paciencia les ayuda a colocar sus sillas o a acompañarlos a algún lado.
Los terapeutas de la Plaza Loreto, enfrentan cada día no sólo las inclemencias del tiempo y la incerteza de que un día los quiten del jardín, sino también la discriminación de las personas por ser ciegos o débiles visuales, sin embargo a ellos, parece no importarles porque saben que con las manos son capaces de ver los dolores que otras personas son incapaces de mirar.