Dentro de la gastronomía mexicana las tortas tienen un lugar muy especial, su fácil preparación y costo accesible han deleitado el paladar a los mexicanos por generaciones gracias a que sus variantes no tienen límite.
La torta es un platillo callejero y aunque es polifacético, hay combinaciones que llegaron para quedarse, tal es el caso de la cubana, milanesa, pierna, jamón o chorizo con queso, más conocida como torta ahogada.
Pero el origen de este alimento no es reciente, tiene más de un siglo y existen dos versiones de sus inicios, una de ellas es la del historiador Jeffrey M. Pilcher de que las tortas tuvieron sus inicios en el periodo del porfiriato, concretamente en el año 1876.
La otra es la que refiere el investigador Jesús Flores y Escalante, quien afirma que los orígenes de este platillo se remontan muchos años antes al porfiriato y la invasión estadounidense, alrededor del año 1847.
Sin embargo el primer registro histórico que se tiene de las tortas es de el 8 de febrero de 1864, esto gracias a un anuncio que se hizo en el periódico “El Pájaro Verde” de la torta compuesta, aunque no se detalla cuales eran los ingredientes pero se considera que eran carnes frías como jamón o pierna de cerdo.
No obstante es en el Siglo XX cuando empieza su auge, incluso fueron un deleite para personalidades como Agustín Lara, Cantinflas y Francisco I. Madero.
El invento ha tenido alcance internacional, National Geographic la consideraría uno de los grandes inventos del siglo XX y con la llegada de la televisión, el programa del Chavo del 8 ayudó a catapultar su fama, antojando al mundo con las tortas de jamón, el manjar deseado por el personaje principal.
La torta es de las favoritas de los mexicanos después de los tacos, llegaron para cambiar nuestra cultura y marcar un momento importante en la historia de la gastronomía para la posteridad.