La tarde de este viernes el cielo de la capital mexiquense presentó diversas nubes "aborregadas" acompañadas con algunos rayos de sol las cuales ofrecieron postales únicas para aquellos que se dieron un momento de contemplar el ocaso.
De acuerdo con las creecias de nuestros abuelos, este tipo de nubes predecían temblores; sin embargo, la ciencia no ha confirmado esta teoría. Como muestra de ello, diversos científicos decidieron investigar si existía una relación entre la forma del cielo y este fenómeno natural pero no encontraron ninguna coincidencia.
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A través de una investigación de cuatro años, los involucrados determinaron que estas nubes, cuyo nombre preciso es altocúmulos, se forman por la interacción del viento cargado de humedad de las montañas.
Lo único cierto de este fenómeno natural es que cuando estas nubes aparecen en días con bastante sol, seguidos de una tarde con probabilidad de lluvias las cuales favorecen las condiciones para generar un descenso en las temperaturas pues, como se detalló anteriormente, el aire frío incrementa.
Dato curioso
Aunque la ciencia ya descartó que las nubes "aborregadas" no tienen correlación con los sismos, hubo algunas coincidencias como lo registrado en 2012 entre el 20 y 29 de mayo, cuando Italia sufrió dos sismos de magnitud 6.3 y 6.0 que causaron multiples daños en el país.