La historia de nuestro país, de acuerdo con muchos expertos y analistas de ella, esta llena de mentiras, verdades a medias, contradicciones y muchos mitos. Por esto, la época independentista de México no es la excepción.
¿Qué gritó en realidad Miguel Hidalgo?
No existen documentos que puedan certificar cuáles fueron las palabras exactas utilizadas por el cura Miguel Hidalgo la noche del 16 de septiembre.
Para los historiadores las versiones más aceptadas son las siguientes:
"¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!"
"¡Viva la América!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la religión y mueran los gachupines!"
"¡Viva la religión!, ¡viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la América y muera el mal gobierno!"; a lo que el pueblo respondió: "¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!"
Origen de la Independencia
Un rumor que ya mucho se ha difundido: La guerra de Independencia fue una disputa política entre las élites coloniales, más que una revolución contra la opresión.
Fueron los hijos de españoles nacidos en la Nueva España que al sentirse inconformes por las distinciones con respecto a sus padres en cuanto a derechos económicos y sociales, así como la nula posibilidad de aspirar a un puesto político que comenzaron con la revuelta.
¿Pudo haber terminado antes?
Al principio de la rebelión la batalla en el Monte de las Cruces fue ganada ante todo pronóstico por los insurgentes. Debido a la cercanía del monte con la Ciudad de México, Ignacio Allende habría querido ingresar a ella como quien diría “en caliente”.
Sin embargo Miguel Hidalgo decidió que las tropas se trasladaran al Bajío. Se cree, que quizá, si la batalla hubiese continuado en la ciudad, los resultados victoriosos de la lucha podrían haber sido más rápidos.
¿Porfirio Díaz cambió las fechas?
Se piensa que desde El Porfiriato festejamos el inicio de la Independencia la noche del 15 y no del 16 cuando en verdad comenzó debido a que el cumpleaños del General Díaz coincidía un día antes. Y cambió las fechas para que, de alguna forma indirecta se celebrase su cumpleaños.
La realidad es que desde 1840, cuando Porfirio era solo un niño, los festejos se realizaban el día 15 y culminaban el 16.
La noche del 15 se daba una serenata en la Plaza Mayor y el 16 había salvas de artillería, repique general a vuelo, ceremonia en la Catedral y paseo cívico.
La única aportación de Porfirio Díaz a la tradicional ceremonia fue llevar el grito de Guanajuato al Zócalo, al ordenar el traslado de la Campana de Dolores a Palacio Nacional en 1896, y desde ahí recordar a los "héroes que nos dieron patria y libertad".