Desde los relojes despertadores mecánicos hasta la amplia variedad de los electrónicos y más recientemente como app en el mismo smartphone, nos permiten elegir sin inconvenientes los horarios para despertar e iniciar las actividades del día.
Pero antes de la llegada de esta tecnología la gente tenía que recurrir a otros métodos para tener un cálculo de los horarios antes del amanecer, y el reloj de vela fue una de las mejores tanto para saber la hora y como alarma antes.
La primera referencia de la que se tiene registro data del año 520 d.C., en un poema chino de You Jiangu, donde se describe que se utilizaban seis velas de unos 30 centímetros de alto y del mismo grosor las cuales estaban marcadas en secciones de una pulgada.
Se detalla que cada pulgada tardaba 20 minutos en consumirse y una vela completa en cuatro horas, lo que proporcionaba una referencia precisa para saber la hora por la noche, pero esta también fue utilizada como despertador, este método se mantuvo al menos hasta el siglo XVIII, pero, ¿cómo funcionaba?.
En realidad era un sistema muy sencillo, se elegía una de las marcas con el horario para despertarse, ahí se colocaba un clavo que caía sobre un plato metálico haciendo el suficiente ruido para despertar a la persona.
Aunque se sabe que había más variantes, como utilizar bolas de metal que rodaban por el suelo cuando se caían, o se ataba una cuerda con un aro de metal al clavo y cuando la cera se derretía la anilla se balanceaba en la cuerda y golpeaba varias veces un plato metálico que aseguraba despertar puntualmente.
En la actualidad las velas se usan más para las cenas románticas o como alternativa de emergencia cuando se va la luz, pero es interesante saber que en otra etapa de la historia fue un reloj sofisticado y preciso.