Ya sea como una expresión de la personalidad, identidad cultural o un acto de rebeldía, los tatuajes los han utilizado los seres humanos por miles de años, en la actualidad cerca del 15% de la población mundial tiene uno, según cifras de la Sociedad Europea de Investigación en Tatuaje y Pigmentos (ESTPR).
Además existe una tendencia a la alza en las mujeres y adolescentes, aunque hay muchos países donde es ilegal tatuarse antes de los 18 años.
Sin embargo al ser una símbolo o imagen que se anexa a la piel la persona debe estar completamente segura de hacerse uno, de ahí la importancia de considerar ciertos aspectos para que después no llegue el arrepentimiento.
Después de elegir el diseño, tamaño, colores y en qué parte del cuerpo quedará el tatuaje, lo que sigue es que la persona debe estar lista para afrontar un buen rato de dolor ya que el tatuador introduce tinta en la piel a través de agujas o de una máquina eléctrica. Las agujas penetran la piel entre 80 y 120 veces por segundo.
También es importante investigar que artista es el mejor para el diseño que se ha elegido debido a que no es lo mismo un tribal en negro que flores con colores vivos, además de tomar en cuenta que la tinta roja es la que más alergias causa.
De igual forma es crucial elegir un lugar de prestigio para evitar decir después que lo barato salió caro, tener toda la información del artista para confirmar que es un profesional y no aficionado ayudará a tener la confianza de que su trabajo valdrá la pena aunque el costo sea elevado.
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Estar consciente de los riesgos y evitarlos es otro aspecto a considerar, al ingresar agujas contaminadas en la piel pueden originar enfermedades graves como la hepatitis y el VIH, los tatuadores profesionales tienen mucho cuidado en esto.
Además se debe invertir tiempo en su cuidado, en el caso de sentir seca la piel tatuada no es recomendable usar vaselina porque puede generar una reacción alérgica, lo mejor es aplicar una loción neutra o hipoalergénica, proteger el tatuaje del sol y visitar el dermatólogo ante cualquier alergia o reacción en cualquier momento que ocurra.
Aunque si al final por alguna razón se quiere quitar el tatuaje, actualmente ya es posible, aunque una vez más será doloroso y pegará en el bolsillo.