Reggae: de la marginación a la masificación y otras excentricidades

A pesar de originarse en la pequeña isla de Jamaica, logró incrustarse en los mercados musicales y transmitir sus mensajes en todos los continentes

Luis Lazcano

  · viernes 14 de junio de 2019

Foto: Ilustrativa


Como expresión cultural y reflejo de las contradicciones sociales, la música históricamente ha estado ligada a varios procesos políticos. Pese a esto, en la actualidad diversos géneros musicales están repletos de grupos que, en las letras de sus canciones, cuestionan distintos aspectos de nuestra sociedad.

Para especialistas en el rubro como Marta Herraiz, la música es un elemento imprescindible, es imposible una vida sin ella, sería como prescindir del agua o el aire. Es la parte de la cultura que nos acompaña en cada aspecto de nuestra vida. Es así como a través de ella desarrollamos la capacidad de emocionarnos.

Su impacto es tal que en la actualidad se ha convertido en una de las industrias más poderosas e incluso, de acuerdo con el diario El Economista, en 2016 la industria musical en México tuvo un crecimiento del 23.6% lo cual equivale a 133.5 millones de dólares suficiente para colocarlo en el mercado como el número 15 del ranking mundial.

Un tema interesante relacionado a esto es el streaming, ya que la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas AC (Amprofon) informó que, por medio de servicios como Spotify o Apple Music, la industria percibió ingresos por 71.3 millones de dólares y creció más de 60%, del cual 80% fue por suscripciones pagadas en las diversas plataformas digitales.

Reggae: del anonimato a la masificación

Este género se desarrolló en los años sesenta a partir del Ska y del Rocksteady. Integró influencias del Soul y del Rythm and Blues estadounidenses. Se popularizó rápidamente en Estados Unidos y el Reino Unido, gracias a los numerosos inmigrantes jamaicanos llegados después de la II Guerra Mundial. A menudo se reivindicó como la música de los oprimidos, abordando temas sociales y políticos asociados con las desigualdades.

Pedro Apodaca, miembro de la banda Antidoping para el diario la Crónica, aseguró que el Reggae logra una contundente estética y una prodigiosa solidez en el mensaje, basándose en el rastafarismo. Movimiento que no tiene nada que ver con la moda en el cabello ni el consumo indiscriminado de marihuana sino todo lo contrario ya que nació en Jamaica como religión.

Con acciones como estas el año pasado la UNESCO reconoció que el Reggae conserva intactas toda una serie de funciones sociales básicas de la música al grado de actuar como un vehículo de opiniones sociales, práctica catártica y religiosa por lo que debe ser considerada como un medio de expresión cultural.

Acto seguido y luego de una convención, fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad bajo el argumento de surgir de una "amalgama de antiguos ritmos musicales jamaicanos y de otros de orígenes muy diversos: caribeños, latinoamericanos y norteamericanos".

No hay que olvidar que al principio fue una expresión musical de comunidades marginadas pero, con el tiempo fue aceptado por otros sectores sin distinción de sexo, etnia o religión.

¿Un relajante canino?

Más allá de los prejuicios, de acuerdo con un estudio hecho por The Scottish SPCA y la Universidad de Glasgow el Reggae es un género musical que muestra un comportamiento positivo en las mascotas en específico, los perros. El experimento se llevó a cabo con un grupo de estos animales que escuchó cinco tipos de música diferente: Soft Rock, Clásica, Pop, Motown y Reggae.

Aunque a primera instancia parecía que les agradaban todos los géneros musicales, el Reggae y el Soft Rock fueron los que hicieron notar un cambio. Cuando el Reggae sonaba, los expertos midieron su ritmo cardiaco y el estrés por lo que, al comprobar los resultados se percataron de que sus indices disminuían