Es tan habitual que no percibimos su importancia, nos movemos de un lugar a otro a veces con calma y en ocasiones con prisa, incluso en medio de una charla, sí, es simplemente caminar, que como terapia tiene importantes beneficios para la salud.
Para quienes tienen el privilegio de poder caminar durante su práctica representa una buena oportunidad para generar nuevas ideas, encontrar soluciones, disminuir el estrés, relajar la mente y además es una práctica meditativa, señala el portal Psicoguías en el artículo: caminar como terapia.
Pero los beneficios físicos también son notorios, ya que es suave para las articulaciones, es un ejercicio aeróbico, mejora la circulación con lo cual se previenen enfermedades del corazón, aumenta la frecuencia cardiaca, de acuerdo al artículo: Beneficios de caminar, publicado en el sitio Arthritis Foundation.
Representa también un buen apoyo a los huesos porque puede frenar la pérdida de masa ósea con personas que padecen osteoporosis, adicionalmente caminar prolonga la vida.
El artículo cita una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan y la Administración de Veteranos Ann Arbor Healthcare System, donde se detalla que aquellos que hicieron ejercicio regularmente entre los cincuenta y sesenta años de edad tuvieron un 35% menos de probabilidades de morir en los siguientes ocho años que sus contrapartes que no caminaron.
Caminar también fortalece los músculos (pierna y abdominales), mejora el sueño, reduce la pérdida de memoria, un estudio de 6 mil mujeres de 65 años o más realizado por investigadores de la Universidad de California en San Francisco, reveló que la pérdida de la memoria asociada a la edad era menor en quienes caminaron más.
Las mujeres que caminaron 2.5 millas diarias tuvieron una disminución del 17% en la memoria, en comparación con una disminución del 25% en las que caminaron menos de media milla a la semana.
De igual forma reduce las posibilidades de padecer Alzheimer, un estudio del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia en Charlottesville encontró que los hombres entre las edades de 71 y 93 años que caminaron más de un cuarto de milla al día tuvieron la mitad de la frecuencia de demencia y enfermedad de Alzheimer, comparados con aquellos que caminaron menos, señala el artículo.