El teléfono celular obtuvo un gran auge conforme los avances tecnológicos avanzaron, de tal manera que se volvió imprescindible que la mayoría de las personas, incluyendo a adolescentes y hasta niños, tuvieran su propio aparato ya fuera para comunicarse o simplemente para jugar en el caso de los menores de edad.
Según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), un 73.5% de la población en México de seis años o más utilizó un teléfono celular durante el 2018, de los cuales, ocho de cada diez contaban con un teléfono inteligente que les permitía conectarse a internet.
Mientras que en 2017 había 64.7 millones de personas que disponían de un teléfono inteligente, para 2018 la cifra alcanzó los 69.6 millones de personas, además de que el número de usuarios que se conectaron a internet por este medio pasó de 92 por ciento a 93.4 por ciento en el mismo periodo, es decir, 5.5 millones de personas.
Dependencia y enfermedades
De acuerdo con el médico coordinador del Centro Regulador de Hospitales, Juan Carlos Acosta Ugalde, el uso del teléfono celular de forma prolongada puede causar una dependencia, que a su vez terminará convirtiéndose en una adicción, pese a que no está catalogado como tal en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
A esto se suman los daños en cuello u columna vertebral debido a la mala postura durante su uso, en donde el usuario encorva se encorva de tal manera que se convierte en un dolor muscular denominado neuralgia occipital.
Otros problemas de salud por el uso excesivo del teléfono celular están asociados con problemas en la vista e insomnio a consecuencia de su uso durante la noche en conjunto con la luminosidad del aparato.
Mucho se ha hablado acerca de que un teléfono celular que permanece encendido durante las noches, en la cabecera de la cama, en el buró u otros lugares cercanos del cuerpo, están relacionados con una mayor posibilidad de padecimientos cancerígenos, sin embargo según el departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes dela Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aún se investiga si las ondas de radiofrecuencia que emiten los celulares ponen en riesgo la salud de las personas.
De acuerdo con Acosta Ugalde, se trata de un tema tan extenso que por su complejidad continúa en investigación por varias instituciones de salud en el mundo y grandes hospitales en México, tales como el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Ciudad de México.
En ese sentido, descartó que al momento la Secretaría de Salud emitiera alguna información oficial a su personal médico en la entidad, además de que tampoco el Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM) hubiera atendido en al menos una ocasión, alguna situación de urgencia derivado del uso del teléfono celular, tales como la explosión del mismo, entre otros.
"Pese a que no exista evidencia concreta de que el teléfono celular cause cáncer o quizás esté relacionado con algunos tumores cerebrales, no quiere decir que se debe descartar la posibilidad", finalizó el coordinador del Centro Regulador de Hospitales.