La prevención de una muerte a consecuencia de un infarto cerebral o al corazón, puede ser lograda de manera exitosa con revisiones médicas periódicas, sin embargo más del 80% de la ciudadanía no visita un consultorio médico sino hasta que ya presenta alguna enfermedad o padecimiento.
En el caso de los infartos cerebrales y al miocardio, estos ocurren cuando la circulación sanguínea disminuye drásticamente o se detiene.
En un infarto cerebral se produce un cuadro de isquemia en el cerebro, es decir, se detiene o disminuye la circulación sanguínea, lo que produce la muerte del tejido cerebral. En tanto en los infartos al corazón, persiste la falta de oxígeno a consecuencia de la falta de flujo sanguíneo y las células cardíacas mueren.
Síntomas
En ambos casos existen síntomas que las personas pueden identificar como señales de alarma, para así acudir inmediatamente a la clínica privada o pública más cercana para su atención inmediata.
En el caso de los infartos al corazón, el síntoma más común es un dolor agudo y opresivo en el pecho que se extiende al hombro y brazo izquierdos, aunado a la dificultad de respirar.
Por su parte los infartos cerebrales causan episodios de como dificultad para hablar y caminar, aturdimiento y fatiga, entumecimiento del rostro y extremidades y reducción del tacto, entre otros.
En cuanto la persona identifica alguno de los síntomas, y tiene plena conciencia de que es vulnerable a sufrir un episodio de estos porque tenga diabetes, problemas del corazón, obesidad y sobrepeso, lo ideal es que acuda de forma inmediata a su clínica más cercana para su atención, cada minuto cuenta para salvarle la vida a ese paciente.
Prevención
Su pronta atención inicia con las revisiones generales periódicas, por lo que lo ideal es que una persona se revise “a fondo” por lo menos una vez cada seis meses.
“Deben examinarse periódicamente, lo ideal es una revisión cada seis meses, pero este examen debe ser completo, con exámenes de laboratorio para conocer los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos y otros, detectar si el paciente tiene problemas con su presión arterial, diabetes, problemas cardiopulmonares, etcétera”.
De acuerdo con el médico general, los más vulnerables a sufrir infartos al corazón y cerebrales son los pacientes con antecedentes de diabetes, hipertensión, sobrepeso y obesidad, así como los que tienen antecedentes familiares de enfermedades cardiopulmonares.
Si tu papá, por ejemplo, tuvo un infarto o falleció de un infarto, tú tienes más de un 50% de probabilidad de sufrir un episodio, sin embargo esto se disminuye en gran medida cuando se tiene la plena conciencia del cuidado de la salud y la prevención de enfermedades.
El también coordinador del Centro Coordinador de Hospitales en Toluca abundó que el tener una corta edad edad no es sinónimo de garantía en materia de salud, pues incluso los niños pueden ser víctimas de un infarto cerebral o al corazón.
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“Es por esta causa que las escuelas solicitan un certificado médico a los padres de familia al inicio del ciclo escolar, es importante que los padres tomen muy en serio esto y lleven a examinar a sus pequeños aunque tengan una vida saludable, una detección temprana de un problema de salud, el que sea, puede salvar la vida del menor”.
