Puede ser americano, expresso, capuchino o latte, tomar café por la mañana antes del desayuno llena de energía y ayuda a mantenernos alerta, pero si siempre le agregamos azúcar, hay buenas razones para ya no hacerlo.
En cuanto a cantidad, especialistas de Estados Unidos sugieren tomar menos de 500 miligramos al día, equivalente a cinco tazas, excederse puede traer inconvenientes a la salud como aceleración cardiaca, insomnio e irritabilidad.
Entre las ventajas de consumir cafeína todos los días es que no se acumula en el torrente sanguíneo ni se almacena en el organismo ya que se libera a través de la orina, incluso ayuda a bajar de peso si se consume media hora antes de hacer actividad física.
El café también puede ayudar a personas que padecen de hígado graso, aunado a esto un experimento realizado por el Instituto di Ricerche Farmacologiche Mario Negri, en Italia, reveló que reduce el riesgo de cáncer de hígado en un 40%.
Otro de los beneficios es que el café tiene propiedades antibacterianas, por lo tanto trae beneficios a la salud bucal, en específico ante las caries.
Por lo que toca a la parte anímica, de acuerdo a un estudio de la universidad de Harvard, el riesgo de sufrir depresión disminuye cuando aumentamos el consumo de café, de igual forma disminuye el riesgo por enfermedades cardiovasculares con el consumo de dos tazas al día.
A nivel nutricional también es bueno debido a que al no contener azúcar no contiene cantidades significativas de macronutrientes, grasas, carbohidratos y proteínas, una taza contiene cinco calorías libres de grasas.