Uno de los alimentos básicos en la cocina mexicana es el arroz, además de ser muy versátil gracias a sus propiedades nutricionales le dan un lugar especial en la gastronomía mexicana y mundial para acompañar numerosos platillos.
Sin embargo previo a cocinarlo es importante lavarlo, quizás es una práctica que se ha visto por generaciones en la familia, pero ¿cuál es la razón?, ¿qué sucede si no se hace?, ¿se pone en riesgo la salud?.
Una de las principales razones de lavarlo y la más importante es que ayudará a evitar consumir metales tóxicos como el arsénico, un metaloide que es cancerígeno y se encuentra también en otros alimentos como las uvas, pescados, mariscos y papas, entre otros.
De acuerdo a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) puede suponer un problema a largo plazo si este alimento se consume de manera habitual, además del cáncer puede ocasionar lesiones cutáneas, enfermedades cardiovasculares y diabetes.
La práctica habitual de lavarlo permitirá eliminar hasta el 73% el arsénico inorgánico presente en el arroz blanco e integral, no obstante se preservarán algunos de sus elementos nutrimentales como el zinc.
Otra ventaja de lavarlo es que permite eliminar su capa de almidón, un hidrato de carbono que constituye la principal reserva energética de casi todos los vegetales y tiene usos alimenticios e industriales.
Además al no lavarlo también puede producir que quede maloliente o que se eche a perder más rápido, su sabor también se ve afectado al ser más amargo.