En México no existe una estadística real y específica sobre la cantidad de pacientes con enfermedades renales, situación que debe ser parteaguas para la creación de un registro nacional, consideró el médico nefrólogo Gregorio Tomás Obrador Vera, director general de Salud de la Universidad Panamericana, quien expuso la necesidad de focalizar los esfuerzos en la prevención y atención temprana de la insuficiencia renal.
En entrevista para El Sol de Toluca, señaló que la causa más frecuente de la insuficiencia renal crónica es la diabetes y la hipertensión, enfermedades que se encuentran entre las principales causas de muerte en México, por ello la importancia de redoblar la prevención de enfermedades cardiovasculares que, de no ser atendidas oportunamente, den paso a otros padecimientos.
Al tratarse de una enfermedad silenciosa, la insuficiencia renal crónica no es detectada oportunamente en la mayoría de los casos, siendo identificada en su cuarta o quinta etapa, consideradas las más críticas.
“Generalmente la insuficiencia renal crónica tiene cinco grados, el grado 5 es cuando ya se cuenta con menos del 15% de la función renal, en este momento se considera utilizar terapia renal sustitutiva, es decir, sustituir la función del riñón con la diálisis o el trasplante, pero en los primeras tres etapas de la enfermedad no se presenta ningún síntoma y por ello es importante, sobre todo en pacientes que están en riesgo por enfermedad cardiovascular, hacer pruebas al menos una vez al año para ver si desarrollan daño renal”, explicó el nefrólogo.
Prevención de la insuficiencia renal crónica
Pese a que la enfermedad renal crónica es asintomática en sus primeras etapas, existen métodos que permiten conocer la función renal de una persona y así determinar si tiene algún fallo renal.
Las pruebas de orina son básicas para conocer el funcionamiento de los riñones, pues a través de éstas se puede medir la cantidad de albúmina (una proteína) que tiene el paciente, mientras que una muestra de sangre permite medir los niveles de creatinina.
“Con esas dos pruebas se puede determinar si existen alteraciones en el paciente, es decir, que haya albúmina en la orina por arriba de lo normal, o que la creatinina, que se traduce en un concepto denominado ´tasa de filtración glomerular´, es decir, cuánto está filtrando el riñón, también tenga niveles anormales”, declaró el doctor Tomás Obrador.
En su etapa 5, los pacientes con enfermedad renal crónica manifiestan algunos síntomas, como lo son la comezón, cansancio y somnolencia nocturna, fatiga, dificultades para concentrarse, retención de líquidos, náuseas (sobre todo por la mañana), calambres y pérdida del apetito.
“Más adelante puede tener alteraciones en todos los órganos del cuerpo humano, porque el tener toxinas en la sangre que normalmente se eliminan por la orina, se acumulan en el organismo y todo eso hace fallas en varios órganos ocasionando en casos más graves infartos o un accidente vascular cerebral”.
Tratamiento de la insuficiencia renal crónica
En los últimos ocho años el tratamiento para pacientes con insuficiencia renal crónica ha tenido avances significativos, con los cuáles se logra incluso revertir la enfermedad si ésta es detectada en sus primeras etapas.
Mientras que de ser diagnosticada en una persona en los estadíos más graves, el tratamiento ingerido combinado con diálisis peritoneal o hemodiálisis, pueden otorgar a un paciente una buena calidad de vida, siempre y cuando su alimentación y cuidados complementarios sean puntuales.
“Ahora disponemos de muchos tratamientos para poder retrasar la progresión de la enfermedad, es decir, reducir el daño que tienen los filtros, bajándole la presión que tienen los mismos, en los últimos ocho años hemos tenido grandes avances a éste respecto y por eso es tan importante el detectarla oportunamente”.
Para las personas diagnosticadas con un fallo renal crónico existen dos alternativas de tratamiento: diálisis peritoneal y hemodiálisis.
"En ambos procesos lo que ocurre es que se ayuda al paciente en la eliminación de las toxinas", en el caso de la hemodiálisis se realiza a través del filtrado de sangre y el procedimiento se hace tres veces por semana, habitualmente, con sesiones de tres a cuatro horas cada sesión, se tiene que hacer generalmente en una unidad de diálisis, pues en otros países hay procedimientos de hemodiálisis domiciliaria, pero en México éstos procedimientos están muy poco desarrollados.
“Respecto a la diálisis peritoneal, se hace un catéter que cuenta con un tubo en el abdomen y a través de esa cavidad se ingresa líquido de diálisis, se deja el líquido varias horas y es así como se hace el filtrado de toxinas. Se puede hacer de dos formas, la continua ambulatoria, es decir, la hace el paciente en su casa o puede ser la peritoneal automatizada, que es con ayuda de una máquina a la que el paciente se conecta en la noche y se hace el proceso de manera automática”, explicó el especialista.
Tomás Obrador expresó que se calcula que en México, del total de pacientes con insuficiencia renal que reciben diálisis, el 60% lo hace a través de la diálisis peritoneal y el 40% a través de la hemodiálisis.
Agregó que, pese a la creencia de que una diálisis es una sentencia de muerte para el paciente, esto puede ser todo lo contrario, siempre y cuando se realicen los procedimientos de atención y se cuiden otros aspectos, tales como la alimentación.
Un paciente puede tener una calidad de vida muy buena, de 10 o 15 años y hasta más, pero todo depende del tratamiento, del seguimiento, de la alimentación y el cuidado del paciente en general.Gregorio Tomás Obrador Vera, director general de Salud de la Universidad Panamericana
Otro tratamiento sugerido a los pacientes es el trasplante de riñón, que de ser exitoso, puede ayudar en la recuperación de la persona.