Aunque el horario de verano ya no existirá, el próximo domingo 30 de octubre tendremos que atrasar el reloj una hora para estar acorde al horario de invierno, por lo que para muchas personas no será nada sencillo debido a los efectos que se tienen en el organismo.
La iniciativa de Ley de Husos de Horarios de la República Mexicana, enviada por el Ejecutivo Federal, detalla que cancelar el horario es debido a que las personas sienten malestar ocasionado por la perturbación de los ciclos de vigilia-sueño.
De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, los efectos de un cambio de horario estacional o por viajes dura algunos días cuando se gana tiempo, que es el caso del horario de invierno, pero cuando se pierde (verano) es más complicado y al organismo le cuesta más trabajo adaptarse.
La explicación es que esto se debe a los llamados ritmos circadianos, ciclos de 24 horas donde se presentan cambios físicos, mentales y conductuales, es decir el reloj biológico de cada persona y que es regulado por las horas de luz y oscuridad durante un día.
Los ritmos circadianos y los cambios afectan la temperatura del cuerpo, la presión arterial, la liberación de hormonas como cortisol o melatonina, esta última responsable de inducir el sueño, de acuerdo con datos revelados por la Universidad Nacional Autónoma de México.
No obstante los ritmos circadianos también son afectados por otros factores como el insomnio o no comer en los horarios que corresponde ya que se afectan los procesos químicos del cuerpo.