El confinamiento derivado de la pandemia por Covid-19 afectó la salud socioemocional de las niñas, niños y adolescentes, principalmente de aquellos que estuvieron inmersos en entornos violentos y faltos de afectividad, lo que afectó su aprendizaje, salud y forma de interactuar en sus centros educativos.
Lo anterior fue expuesto durante la presentación del estudio “Aprender a estar bien, estar bien para aprender”, realizado por la organización Mexicanos Primero, con el objetivo de evaluar el impacto de la situación socioemocional en los aprendizajes de estudiantes de educación básica, así como las emociones que enfrentaron durante el periodo más crítico de la actual pandemia.
Resultados
El estudio reveló que los factores de riesgo sociales en la salud socioemocional de las niñas, niños y adolescentes fueron: la violencia, la delincuencia, las adiciones, la discriminación, el abuso y el machismo.
Respecto a sus condiciones personales (en casa, entorno familiar), estos factores de riesgo fueron: la discapacidad, la desnutrición severa, enfermedades, accidentes, carencias, embarazos adolescentes y la pobreza.
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Si bien el regreso a las aulas tras el confinamiento por más de un año contribuyó a mejorar las relaciones sociales de las niñas, niños y adolescentes, estos siguieron expuestos a escenarios que afectan su salud emocional.
La organización destacó que los riesgos generalizados que afectan la salud emocional en los menores fueron el presentar algún grado de dificultad para concentrarse, el no contar con internet en casa, estar expuestos a más peleas en el hogar.
Derivado de la consulta realizada a niñas y niños de entre 10 y 15 años, Mexicanos Primero pudo conocer los posibles cuadros depresivos por los que atravesaban los menores al considerar ciertos parámetros, debido a que hasta un 77.95% se pronunciaron tristes de vez en cuando, el 68.91% dijo estar triste muchas veces y 57.75% dijo estar siempre triste.
De los 500 mil niños, niñas y adolescentes consultados para el estudio a nivel nacional de entre 10 y 15 años, hasta un 4% tenía el pensamiento de que nunca le saldrán bien las cosas, el 12% tenía la percepción de soledad, pues decía no contar con algún amigo o amiga y hasta un 27% mostró preocupación muchas veces o siempre.
Mexicanos Primero reveló que el confinamiento por la Covid-19 fue devastador para las niñas, niños y adolescentes, pues hasta 3.3 millones vivieron agresión psicológica, castigos físicos severos y bullying, según datos de la encuesta de Salud y Nutrición (Ensanut) del INEGI en 2021, lo que inminentemente afectaría su estabilidad emocional y psicológica.
Luego del análisis de la situación emocional en las escuelas, Fernando Ruiz manifestó la urgencia de brindar servicios de atención al bienestar familiar a nivel local -atención primaria, de primer piso, de forma clínica y no clínica-, articulando todas las estrategias federales y locales para la prevención, tratamiento y recuperación del bienestar emocional de las familias.
Aunado a que en cada entidad federativa se deben formular políticas para el bienestar escolar que contemplen como mínimo identificar y diagnosticar la condición actual de los estudiantes, fortalecer los centros de atención, dar apoyo y asesoría psicológica y especializada y acompañar y apoyar el cambio de prácticas escolares para crear comunidades para el bienestar y el aprendizaje.
Mientras que, en casa, las y los padres de familia y/o tutores deben consolidar las prácticas de crianza afectiva y cariñosa para las niñas y niños menores de 3 años, así como extender las experiencias socioemocionales y de autoconocimiento en las políticas de formación inicial y continua.
En su intervención, Antonio Villalpando, investigador en la organización, explicó que el estudio fue producto de una amplia investigación iniciada en 2021, misma que partió con el levantamiento de información relacionada con diversos aspectos del regreso a clases.