Los cubos, polvos y granulados de caldo de pollo que son muy utilizados para realizar comidas como sopas, guisos y pastas; sin embargo, son dañinos para la salud, sobre todo en personas con hipertensión debido a sus altos niveles de sodio.
Lo anterior lo alertó la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en su revista de julio, donde detalla porque la población en general debe evitar el uso de estos productos industrializados.
La dependencia precisó que los productos son una mezcla de sal yodatada, saborizantes naturales y artificiales, grasas vegetales, glutamato monosódico, fécula de maíz, azúcar, carne, grasa de pollo, especias y colorantes.
“Si bien los cubos de caldo representan practicidad en la cocina, considera que su consumo recurrente puede significar que le estés dando a tu organismo altos contenidos de sodio, lo cual es dañino a tu salud, por lo que no se recomienda su consumo en las personas con hipertensión”, señala el artículo.
Entre los ingredientes que se destacan en la revista digital están la sal y el glutamato monosódico. En el primer caso precisa que es necesaria en nuestro organismo porque contribuyen a regular la presión arterial y adecuado funcionamiento de los músculos y nervios, pero consumirse en exceso desencadena graves riesgos relacionados con el corazón.
El glutamato monosódico es un potenciador de sabor que se añade comúnmente a los alimentos procesados, sin embargo su uso es controvertido debido a que se le relaciona con cuadros de dolores de cabeza, sudoración, opresión en el pecho, ardor en la boca y mareos.
En la publicación digital también se menciona el origen de los cubos de caldo, el cual tuvo lugar a principios del siglo XX en Europa con las empresas Maggi, OXO y Knorr, ante la necesidad de crear sopas fáciles de transportar y sobre todo económicas, como resultado en 1910 la empresa británica OXO introdujo su producto y en ese mismo año Knorr al mercado francés.