De acuerdo a especialistas ir en ayunas a realizar una donación de sangre no solo minimiza el riesgo de mareos y desmayos durante y después de la donación, sino que también ayuda a obtener muestras de sangre más precisas para los análisis y así asegurar que el producto final sea de la mejor calidad.
¿Cuántas horas de ayuno para donar sangre?
'El ayuno que pedimos para la donación de sangre no debe ser mayor a 12 horas, ni menor a 4 horas', señala la Dra. Karina Orozco, directora del Departamento Académico de Medicina Interna II de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
Esto se debe a que, sin la cantidad adecuada de azúcar en el cuerpo, el donante podría sentirse descompensado.
'Si no comemos, el hígado trata de compensar la falta de azúcar, pero es importante que el donante no pase demasiadas horas sin alimento para evitar desmayos o mareos', añade.
Por otro lado, el ayuno mínimo de cuatro horas es clave para reducir los niveles de grasa en la sangre.
'Es fundamental que la sangre no tenga un alto contenido de grasa, ya que esto dificulta su análisis y la calidad para su uso', comenta.
Alimentos permitidos y la importancia de la hidratación
A pesar de esta restricción, el donante puede consumir ciertos alimentos ligeros como frutas, gelatina o líquidos no lácteos, lo que ayuda a mantener el cuerpo hidratado, un aspecto crucial durante la donación.
'La hidratación es muy importante, ya que la sangre está compuesta mayormente de agua', enfatiza la Dra. Orozco.
Otra recomendación es que los donantes lleguen bien hidratados para evitar posibles complicaciones.
¿Cuánta sangre se extrae en una donación?
Durante una donación, se extraen aproximadamente 450 mililitros de sangre, lo que representa menos del 10% del volumen total del organismo (un adulto promedio posee entre 4.5 y 5 litros de sangre). En un lapso de unas 36 horas, el cuerpo repondrá el líquido perdido.
Cumplir con el ayuno indicado, además de una correcta hidratación, asegura que el proceso de donación se realice sin contratiempos, esto permite que la sangre sea óptima para su uso y, al mismo tiempo, protege la salud del donante.