Del total de personas que tienen algún tipo de discapacidad alrededor de un 60% padecen depresión debido a que la adquirieron por algún accidente, enfermedad o consumo de sustancias tóxicas, señaló el coordinador del CESPI de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Alejandro Gutiérrez Cedeño.
Al respecto, explicó que en los últimos cinco o siete años cada vez hay más jóvenes con una discapacidad como consecuencia de accidentes automovilísticos. Por tal motivo, explicó que existen dos tipos de discapacidad: la congénita, que refiere a quienes nacieron con ella y la adquirida cuando en algún momento de la vida un individuo tiene una discapacidad por un accidente, padecimiento o por la ingesta o consumo de droga.
No obstante, a ambos grupos se les debe apoyar para lograr que tengan una mejor calidad de vida porque el no tener accesos o herramientas adecuadas los deprime.
Cerca de un 60% de las personas con discapacidad que la adquirieron tienen depresión y en menor grado la padecen quienes nacieron con ella.
Detalló que esa tendencia se aprecia porque las personas con discapacidad congénita aprendieron a vivir así y por ende pueden resolver sus conflictos en tanto que los segundos se enfrentan a algo nuevo o diferente al estar acostumbrado a una vida normal.
Recalcó que según estudios y estadísticas, un porcentaje alto de personas en el mundo vive alguna etapa de depresión por lo que aquellos que cuentan con una discapacidad adquirida llegan a pensar hubiera sido mejor la muerte.
“Lo interesante de hablar de personas con discapacidad cómo enfrentan la vida cotidiana con los factores protectores como la familia, el trabajo y actividades pues muchas de ellas han triunfado en el deporte en otra área”.
Forjar lazos de éxito
Reiteró forjar lazos de éxito en la atención psicológica, en la terapia física para insertarlas al sector laboral, además de que la ciudadanía respete sus espacios asignados, su condición y brindarles la infraestructura ciudadana para su incursión social.
“Lo que deprime a las personas no es su condición sino las condiciones de la ciudades y de la ciudadanía que les impide su libre desplazamiento, no basta con baños públicos para resolver el problema, porque no existen rampas, escalones, semáforos.
Debemos trabajar en la discapacidad congénita y en la adquirida en materia de la responsabilidad de la sociedad a esta condición, lo cual es una tarea pendiente.
Prevención
“Se debe trabajar en hacer conciencia del respeto a las normas de seguridad y reglamentos de tránsito porque los accidentes automovilísticos han crecido como un factor asociado a generar discapacidad”, puntualizó.
Precisó en no exceder los límites establecidos de velocidad al conducir tanto en la ciudad como en carretera, no hacerlo bajo el influjo del alcohol y no protagonizar pleitos callejeros que son factores de riesgo para adquirir una discapacidad.
Aclaró que esa condición no se puede considerar una pandemia pero sí es importante tomar en cuenta su atención y prevención.
Pendiente inclusión no basta contemplar
Por lo anterior, expresó es necesario hacer conciencia y cada quien desde su competencia o ámbito ofrecer las herramientas o medidas para que ese grupo tengan una mejor calidad de vida.
“Hay que pensar en la inclusión artística, deportiva, en espacios de trabajo o educativos, al pensar si existen las medidas adecuadas para ellos”.
En la entidad y en el país, algunas ciudades han avanzado como es el caso de León, Guanajuato, pero en Toluca aún sigue siendo un tema pendiente.
En ese sentido, una personas en esa condición prefiere quedarse en casa que arriesgarse a salir o transitar en la vía pública, en un estadio de futbol, en una fonda, un restaurante, una Feria infantil, por el riesgo que puede correr.
Siempre va a necesitar de alguien para salir pero se debe pensar que lo haga de manera independiente y falta muchas condiciones para ello.