Aunque tiene un buen efecto psicológico al mejorar nuestra imagen con un mayor rejuvenecimiento del rostro, el blanqueamiento dental tiene caducidad y lo peor es que atacan la estructura del esmalte de los dientes con daños en la mayoría de los casos irreversibles.
Debido a que el blanqueamiento es una sustancia corrosiva (peróxido) desmineraliza la superficie dental, por lo que ocasionará hipersensibilidad y afectar la calidad de vida de las personas, además el blanqueamiento tiene vigencia, el 50% de los dientes blanqueados presentaron regresión del color después de un año de haberse realizado el tratamiento.
Alejandro Benavides Ríos, especialista en prótesis maxilofacial de la Clínica Periférica Vallejo de la Facultad de Odontología de la UNAM, explica las razones por las cuales no se deben blanquear los dientes.
El blanqueamiento además de causar la hipersensibilidad dental puede provocar cambios morfológicos, así como disminución del metabolismo de células odontoblásticas (formadoras de dentina) debido al estrés oxidativo y a la presencia de especies reactivas de oxígeno.
También ocasiona daños a otros tejidos como el periodonto (tejidos de soporte de los dientes: hueso, encía y ligamento), de igual forma puede causar reabsorciones cervicales e inflamación en dientes jóvenes y tejidos periodontales.
Aunado a lo anterior cuando se aplica calor en el tratamiento de dientes no vitales, pueden provocarse quemaduras térmicas, quemaduras químicas o un daño significativo en los tejidos blandos.
Así que el especialista de la UNAM externó que la mejor opción es un método natural con el cepillado de dientes tres veces al día con un cepillo de cerdas redondas y de dureza media, además de cambiar de cepillo cada tres meses y utilizar pasta dental con flúor.