Existen diferentes adicciones en los seres humanos, aunque las más mencionadas son a las drogas, alcohol, excesivo tiempo de conexión a internet, nuevas tecnologías, juegos o compras, pero también existe la del trabajo.
En medio de la pandemia del Covid-19 y gracias al desarrollo de las tecnologías digitales han permitido que las personas puedan estar conectados en todo momento y siempre disponibles, lo que ocasiona que el horario laboral se extienda, pero muchas veces ya no es exigencia de la empresa.
De acuerdo con la doctora Erika Villavicencio Ayub, de la Facultad de Psicología de la máxima casa de estudios del país en el artículo titulado: cuando el trabajo se convierte en adicción, publicado en el portal Ciencia UNAM, la adicción al trabajo (workaholism, por sus siglas en inglés) es un concepto reciente en la cultura mexicana, aunque en la literatura mundial se conoce desde 1968.
La especialista detalla que los llamados workaholics nunca dejan de trabajar y si lo hacen se sienten culpables o ansiosos y muestran desinterés por otras actividades personales o sociales, incluso se les dificulta la comunicación interpersonal y no duermen bien.
Entre las razones del porqué las personas se vuelven adictas al trabajo es la económica, la competitividad en el mercado laboral y la necesidad de éxito con un mayor prestigio, pero también porque no saben negarse a las peticiones del jefe por temor a perder el empleo.
De igual forma influye el ambiente familiar y buscan en el trabajo un escape a los problemas que lo agobian en todo momento.
No obstante Erika Villavicencio señala que es posible prevenir esta adicción, una de las opciones es administrar el tiempo combinando el trabajo y la vida saludable, además cuando se sienta algún síntoma acudir a los centros de ayuda, así como asesoría mediante el trabajo en equipo para lograr las metas profesionales.
Pero también es una realidad que existen empresas que consideran bueno tener a los adictos al trabajo, sin embargo también se ha demostrado que las consecuencias de tener largas jornadas laborales es una poca productividad, así como el deterioro físico y mental.
También se descuida a la familia, no conviven con sus hijos y normalmente llega el divorcio ante la falta del equilibrio laboral y personal.
El artículo concluye con los datos en los cuales se considera que 85% de las empresas mexicanas premian la adicción laboral y no promueven la salud en sus colaboradores, el 45% de los profesionales la padece teniendo como consecuencia la aparición de problemas psicosociales y por lo general son personas de entre 30 y 48 años de edad.
