Para muchas personas tener un buen puesto de trabajo, logros académicos, elogios y una carrera exitosa representan un golpe de suerte o son producto de la ayuda de los demás, este trastorno es conocido como el síndrome del impostor.
De acuerdo con Laura Barrientos Nicolás, de la Facultad de Medicina de la UNAM es un padecimiento que han tenido en algún momento de su vida más del 70% de la población del mundo, incluso celebridades como Emma Watson, Michel Obama, Howard Schultz y Neil Amstrong.
Lo detectaron primero en mujeres en 1978, por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, con el tiempo se supo que afecta por igual a los hombres, las personas tienen la sensación de no estar a la altura, de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces y al final son impostores, un fraude.
El origen del síndrome del impostor es multifactorial, es decir biológico, psicológico y social, cuyo origen puede estar desde la infancia (al escuchar frases como tu hermana es mejor, no eres bueno en la escuela).
Barrientos Nicolás también detalla que el tipo de personalidad y la propia percepción de qué es el éxito, el fracaso y la competencia también puede causar este fenómeno psicológico, ya que las personas que sufren el síndrome son muy exigentes consigo mismas, su lista de requisitos es prácticamente inalcanzable.
Este problema se presenta más en personas que padecen problemas afectivos de tipo depresivo, con trastornos de ansiedad generalizada y por déficit de atención e hiperactividad.
Lo más normal es que con el tiempo desaparezca tu sensación, pero de no ser así es necesario un tratamiento psicológico y en última instancia acudir con el psiquiatra.