Los ronquidos o “estertores” ocurren cuando el flujo del aire, entre la boca y la nariz, es obstruido por nuestra laringe, misma que al relajarse provocan que el espacio entre nuestros tejidos se estreche más, así, al chocar entre ellas vibran y producen el característico sonido.
La obstrucción del aire puede derivar en uno de los trastornos de sueño más severos que existen: las apneas del sueño. Éstas involucran la interrupción de la respiración por períodos más largos de sueño, que pueden comenzar a partir de los 10 segundos. Para remediar la apnea de sueño existen ciertos tratamientos especializados y por lo general se recomienda bajar de peso, así como dejar de consumir licor antes de dormir, por ejemplo.
Es común creer que si no hay presencia de apneas obstructivas, entonces los ronquidos ocasionales no son señal de pánico, pero una investigación científica encontró que los ronquidos también están vinculados con condiciones cardiacas.
Tu corazón podría estar el peligro
Dicho estudio encontró que aquellas personas que suelen roncar tienen cambios en su arteria carótida, el principal suministro hacia el cerebro, lo cual es un resultado del trauma e inflamación que la vibración de los ronquidos provocan.
Esto deriva en enfermedades cerebrovasculares que involucran el ensanchamiento de la arteria y su obstrucción, en ocasiones por placas de colesterol, que impide la circulación de la sangre o que un coágulo de sangre obstruya el paso y rompa una de las paredes de la arteria.
Por otro lado, también contribuye a que la presión sanguínea se eleve, lo cual en consonancia con el ensanchamiento de la carótida, resulta en un riesgo elevado de sufrir un infarto.
Es por ello que no debes descartar tus ronquidos, en particular si estos te despiertan por las noches o despiertan a otras personas. Consulta a un médico para obtener el mejor diagnóstico y saber si es necesario que inicies un tratamiento que mejore tu salud.