La Salud Mental de la población mundial se ha visto afectada en los últimos años debido a la pandemia de Covid-19. Lo anterior debido a que en el primer año de la emergencia sanitaria los trastornos de ansiedad y depresión aumentaron hasta un 25 por ciento.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 450 millones de personas en el mundo sufren de un trastorno mental o de conducta, mientras que en México, en el periodo de 2013 y 2021 fue asignado en promedio sólo 2.1% del presupuesto de la Secretaría de Salud para atender la salud mental.
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Y en 2022, más del 75% de los casos graves y moderados presentados en adultos con un trastorno psiquiátrico, no recibieron atención médica o psicológica por la carencia de acceso.
En este contexto, se estima que sólo el 3% de los presupuestos de salud de los países invierte en salud mental, variando de menos del 1% en los países de bajos ingresos y de 5% en los países de altos ingresos.
En México, en el top de las diez enfermedades más discapacitantes, tres son neuropsiquiátricas: desórdenes mentales, desórdenes neurológicos y uso de sustancias.
La OMS refiere que la atención de salud mental de base comunitaria debe proporcionarse mediante una red de servicios interrelacionados que comprendan los servicios de salud mental integrados a servicios de salud generales, los servicios y centros de salud mental a nivel comunitario, rehabilitación psicosocial, servicios de apoyo entre pares y de asistencia para la vida cotidiana.
Así como los servicios que proporcionen atención de salud mental en entornos no sanitarios, como la protección infantil y escolar.
Cabe recordar que éste 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental.