Toluca, México.- Cruzar la pierna al sentarse es una de las posiciones más cómodas que puede adoptar el cuerpo en reposo. Esto se debe a que permite que las piernas descansen al colocar el peso de un muslo por encima del otro, permitiendo que se estire y relaje.
Pero más allá de su implicación estética, varios estudios médicos advierten de los problemas que esta posición puede provocar en el cuerpo.
El estudio fue revelado por un estudio realizado por la Universidad de Queensland, Australia, que afirma que la inactividad y el sedentarismo de los músculos los debilita en diversas partes del cuerpo. Así que mientras más tiempo pasas con las piernas cruzadas más se prolongará el daño que puede afectar tu salud.
Obstrucción sanguínea
Ocasiona que las arterias no distribuyan correctamente la sangre por el cuerpo, por lo que pueden provocar dolor y mareos. Esta postura afecta la circulación principalmente porque las venas son estructuras tan suaves que una presión ligera puede interferir con su trabajo.
Causa entumecimiento
Debido al lento flujo sanguíneo que se complica al presionar las piernas por períodos largos de tiempo, se presentan síntomas como cosquilleo y entumecimiento, lo que puede ser más severo al utilizar ropa o zapatos ajustados.
Ocasiona problemas en la espalda
La posición no permite un correcto balance del cuerpo, por lo que mantiene la columna forzada en un movimiento que no le resulta natural. Ya que la mala postura impide que la espalda se mantenga recta y la cadera esté alineada con el asiento.
Eleva la presión sanguínea
Se mantienen presionadas las extremidades y esto inevitablemente provoca un aumento en la presión cuando al poner una rodilla sobre la otra la sangre se envía de las piernas hacia el tórax, generando mayor sangre bombeada desde el corazón.
Fomenta la aparición de varices
Cuando sentarte en esta posición se ha vuelto una costumbre, la obstrucción sanguínea es continua y afecta las válvulas al estancarse la sangre, eso es lo que provoca que aparezcan várices, aunque en ello también influyen factores hereditarios y hábitos de ejercicio.
Daña las articulaciones
Las más afectadas son las articulaciones de las rodillas y los tobillos, por ser los que se doblan y tuercen por un período prolongado de tiempo, ocasionando dolor y cansancio crónico.
Provoca parálisis del nerio peroneo
Esta patología es resultado de mantener una misma postura durante muchas horas, también puede ocurrir si estás sentado en otra posición pero sin cambiarla durante un largo rato. Sin embargo, está comprobado que la posición que la provoca con mayor frecuencia es sentarse con las piernas cruzadas.