La dopamina es la llamada hormona de la felicidad, el placer y la relajación, previo a tomar unas vacaciones su producción en el cerebro aumenta, así que para quienes tendrán la oportunidad de salir en este verano y están con la planeación de visitar diferentes lugares una sensación agradable ya debe invadir su cuerpo.
El solo hecho de estar a unos días para alejarse de la carga laboral el nivel de estrés crónico empieza a bajar, diversos estudios han demostrado que viajar trae importantes beneficios para la salud física y mental.
Una investigación que se realizó en 2016 en la que participaron 46 trabajadores de una empresa holandesa demostró la importancia de tomarse unos días de descanso en el trabajo para un mejor desempeño laboral.
En tanto, una encuesta de 2013 con 485 adultos en los Estados Unidos relacionó los viajes con una mayor empatía, atención, energía y concentración. Otro trabajo de investigación sugirió que el acto de adaptarse a culturas extranjeras también puede facilitar la creatividad.
Además los entornos novedosos mejoran la función de las regiones cerebrales asociadas con el aprendizaje y la memoria, la creatividad y el pensamiento crítico, también promueven el crecimiento de nuevas células cerebrales, lo que ayuda a postergar la neurodegeneración y el deterioro cognitivo.
Esa es la razón de que nuestro cerebro hace que estemos felices antes de que llegue el período vacacional, ya que la segregación de dopamina se ve drásticamente aumentada, sobre todo si está en planes un viaje colorido ya que que ciertos colores tienen un efecto fuerte e inmediato en el estado de ánimo de las personas.
Aunque para conseguir esto no hace falta realizar actividades especialmente ostentosas ni alojarse en un hotel muy glamuroso, más bien se trata de considerar lugares con mucho color donde las experiencias cotidianas como caminar por la calle cubran nuestras expectativas.