Juan Nepomuceno Mirafuentes nació en 1825 y murió en 1880. Fue electo gobernador del Estado de México para el cuatrienio 1877-1881. Se dice era un hombre cruel, pues degollaba a sus víctimas durante el movimiento armado de la Reforma.
Aunque esto parece más una leyenda, pues no existen pruebas contundentes de dicha afirmación, lo cierto es que se convirtió en leyenda, la cual permanece viva hasta el día de hoy, pero por otro motivo.
Se dice que murió por un exceso de comida y bebida en el Molino de San Cayetano, cuando era gobernador del Estado de México, por lo que fue sepultado en el viejo panteón del atrio de la iglesia de Santa Clara en el centro de la ciudad de Toluca.
Los vecinos de los alrededores empezaron a contar, con miedo y lujo de detalles, que se salía de su tumba por las noches y montaba su caballo dando vueltas a todo galope, pues decían que hasta chispas salían de las herraduras del animal sobre la calle.
Poco después, la gente se quejaba de lo que hacía el entonces gobernador Miraflores, quien en su momento tenía fama de ser amante de la fiesta, la buena comida y de la ingesta de bebidas embriagantes.
Fue tanta la insistencia de los habitantes, sobre todo de los vecinos de las calles conocidas hoy como Hidalgo y Humboldt, que la familia procedió a exhumar el cadáver y llevarlo al ahora Panteón General de Toluca.
A la entrada del lado izquierdo del también conocido como Panteón de la Soledad, cronista municipal de Toluca, hay una tumba que tiene como 10 toneladas de piedra encima, ahí está sepultado el exgobernador Mirafuentes.
El montón de piedras colocadas encima de la nueva tumba, responde a la creencia de evitar se pudiera salir de ella a seguir haciendo travesuras y molestando a la gente, refiere el maestro Gerardo Novo, cronista municipal de Toluca.
En realidad, explica el historiador, los panteones ubicados en los atrios de las iglesias no eran bien vistos por la gente, en especial por ojos de los vecinos muy católicos, tal vez por no coincidir con sus ideas.
Antes, reflexiona el cronista municipal, las iglesias tenían su panteoncito en el atrio, ahí sepultaban a las personas más ricas o influyentes, pero algo incómodo para ellos, por eso, buscaban a toda costa sacar de ahí el cadáver del exgobernador Mirafuentes.
Es de mencionar la trayectoria de Juan Nepomuceno Mirafuentes, pues cursó la carrera de medicina, incursionó como periodista y se dedicó después a la política.
Algunas personas dicen que por su forma de vida algunas personas dedicadas al sexoservicio lo han adoptado como su protector, pues le llevan flores y le regalan monedas, las cuales han sido encontradas en su tumba por el personal que labora en el Panteón General de Toluca.