Los pequeños que duermen la siesta son más felices, sobresalen académicamente y suelen tener menos problemas de comportamiento, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pennsylvania y la Universidad de California, Irvine, publicada en la revista Sleep.
El estudio, en el que participaron casi 3 mil estudiantes de cuarto, quinto y sexto grado de 10 a 12 años, reveló una conexión entre la siesta del mediodía y una mayor felicidad, autocontrol y confianza; menos problemas de comportamiento y un coeficiente intelectual más alto, este último particularmente para los estudiantes de sexto grado.
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Un grupo de estos niños que realizaron dicha práctica durante tres o más veces por semana aumentaron su rendimiento académico en un 7.6%.
No obstante, la deficiencia de sueño y la somnolencia diurna han sido generalizadas, ya que esta última afecta hasta al 20% de todos los niños. Además, los efectos negativos cognitivos, emocionales y físicos de los malos hábitos de sueño están bien establecidos.
Si bien los hallazgos son correlacionales, los investigadores dicen que pueden ofrecer una alternativa con la siesta a la protesta de los pediatras y los funcionarios de salud pública para los horarios de inicio de clases.