Ante la falta de regulación por parte de las autoridades y de la misma Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), durante el primer semestre del año los precios de los medicamentos han tenido ajustes constantes y sobreprecios de entre un 20 y 30%, sobre todos aquellos que son adquiridos por personas con enfermedades crónicas-degenerativas, como diabetes e hipertensión.
Alfredo Urbano Flores Moreno, presidente de la Federación de Pequeñas Farmacias del Estado de México, indicó que la demanda de medicamentos en nuestro país cada vez es mayor, porque las personas de la tercera edad ya no pueden dejar de adquirirlos para diferentes tratamientos.
“El grueso de los medicamentos se encuentra entre los 800 y 900 pesos, cuando un salario mínimo representa 200 pesos diarios. ¿Cuánto se tendría que gastar una persona que no tenga Seguro Social para poder adquirir los medicamentos?”, aseveró.
Con lo anterior, dijo Flores Moreno, si una persona no tiene acceso a los servicios públicos de salud, canaliza hasta una semana de sus ingresos al pago de doctor y medicamentos.
Recordó que cuando el mercado de medicamentos se encontraba regulado y vigilado por instancias como la Profeco, se llegaba incluso a clausurar a las farmacias que abusaban con los precios, sin importar que fueran las grandes cadenas del ramo.
“Hace algún tiempo las farmacias eran clausuradas por alteración de precios, y ahora lo único que hacen es proceder a la suspensión administrativa. Estamos hablando de que los medicamentos son productos de primera necesidad para la población, y las autoridades no están evitando los abusos, pero tampoco los excesos en los precios”, lamentó.
También mostró su preocupación porque las instancias encargadas de defender los derechos de los consumidores solamente actúan en contra de los pequeños establecimientos, ya que son más vulnerables y no tienen la posibilidad de defenderse.
Por último, indicó que existen medicamentos especializados que llegan a aumentar más de precio porque escasean, y existen negocios que aseguran que venden más barato, pero son los que venden más caro.