El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pidieron a los acreedores bilaterales de los países más pobres que "congelen el reembolso de deudas" para que puedan liberar dinero para combatir la pandemia de coronavirus.
En una declaración conjunta, las instituciones pidieron a los acreedores bilaterales oficiales que si es requerido suspendan inmediatamente los pagos de la deuda a los países de la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
Dichas naciones, que incluyen a una cuarta parte de la población mundial y a dos tercios de la población mundial que vive en la pobreza extrema, serán golpeadas con más fuerza por la pandemia, agregaron los organismo.
"Esto ayudará con las necesidades inmediatas de liquidez de los países de la AIF para abordar los desafíos planteados por el brote de coronavirus y tiempo para una evaluación del impacto de la crisis y las necesidades financieras de cada país", dijeron el FMI y el Banco Mundial.
La mayoría de los 76 países que reciben apoyo de la AIF tienen un ingreso nacional bruto per cápita por debajo de mil 175 dólares, un umbral que es actualizado anualmente.
El Banco Mundial y el FMI dijeron que suspender los pagos de la deuda, de conformidad con las leyes nacionales de los países acreedores, proporcionaría "una sensación global de alivio para los países en desarrollo" y enviaría una fuerte señal a los mercados financieros.
Los organismos instaron a las 20 economías más grandes del mundo (G-20) a respaldar su petición. Los líderes del G-20 celebrarán una cumbre virtual el jueves para discutir un plan de acción para enfrentar el empeoramiento de la pandemia.
El Banco Mundial y el FMI invitaron a los líderes del G-20 a evaluar el impacto de la crisis y las necesidades financieras de cada uno de los países de la AIF, incluida la identificación de aquellos con situaciones de deuda insostenibles, y preparar una propuesta para una acción integral por parte de los acreedores bilaterales oficiales.
El nuevo coronavirus, que se originó en China en diciembre, ha infectado a más de 438 mil personas en todo el mundo y ha matado a más de 19 mil, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.