Cuautitlán, México.- Artesanos de la piñata en municipios mexiquenses se prepararon desde hace dos meses con el engrudo y papel china para dar color, vida y emoción a sus productos tradicionales, que venden desde los 25 hasta los 500 pesos.
En sus talleres ya están listas las figuras de estrellas navideñas de cinco, siete y nueve picos, así como las flores de nochebuena, muñecos de nieve, arbolitos de navidad y figuras de la época en colores rojo, azul, amarillo, verde y otros más.
En municipios como Cuautitlán, Nezahualcóyotl, Zumpango y Acolman elaboran estas artesanías y no sólo están a la venta en el Estado de México, algunos artesanos tienen pedidos para otras entidades e incluso exportan, aunque en esta última actividad hace falta apoyo.
En Cuautitlán esta tradición es el sustento de al menos 80 familias desde hace 50 años, la Unión de Artesanos de la piñata del Ejido de San Mateo, informó que este año tienen lista una producción de más de seis mil piezas, elaboradas desde septiembre a la fecha para su venta.
Cabe mencionar que en esta zona se localiza el denominado kilómetro de la piñata, sobre la carretera hacia Cuautitlán, donde año con año se colocan a un costado de esta vialidad, para poner a la venta miles de piñatas de colores desde las siete de la mañana.
Hace un par de años comenzaron a trabajar no sólo para el interior de la República, sino también para exportar; sin embargo la falta de apoyo, disminuyó sus expectativas.
“Necesitamos apoyo del gobierno, requerimos una bodega grande para almacenar el producto y medios de transporte para su envío”, coincidieron los piñateros de esta región.
“A nosotros no nos alcanza para hacer esa labor, los trámites; sin embargo a pesar de que los hemos solicitado en varias ocasiones, no nos dan respuesta y tenemos que decir no a los pedidos”, lamentaron.
Actualmente trabajaban con personas de Estados Unidos e Inglaterra, “y ahora nos conformamos con los extranjeros que vienen hasta acá y ellos mismos se llevan las piñatas, pero la cantidad no se compara”, afirman.
Consideraron los comerciantes de piñatas que de existir un programa de apoyo a este sector, se incrementaría la oferta y la demanda, lo que permitiría dar un empleo a personas de la tercera edad, amas de casa y jóvenes.
“Sería una fuente productiva y ayudaría a disminuir muchos problemas como la inseguridad y el desempleo”, señalan.
Existe aún un proyecto de elaborar en Cuautitlán la piñata de estrella más grande del mundo, que sería de 25 metros de altura, pero por ahora sólo es un proyecto porque no han recibido apoyo y los artesanos no cuentan con los recursos para lograr que ese sueño sea una realidad.
En tanto que las ventas ya no son iguales, pues muchas personas no han superado la crisis económica y ya no compran las piñatas grandes que cuestan hasta 400 o 500 pesos.
Además los pedidos para estados vecinos están bajos y las exportaciones que hacíamos también son menos porque no podemos surtir, se complica mucho hacer los trámites y el gasto, culminó.