Toluca, México.- Los cambios son una constante histórica y ello se refleja en Los Portales durante el transcurso de sus 188 años, afirmó el cronista municipal, Gerardo Novo Valencia; sin embargo siguen siendo el centro de la actividad comercial y social de la ciudad a la que le dieron identidad y un punto de convivencia de las familias, como lo son hoy las plazas comerciales o los llamados “malls”.
En 1830, cuando se designó a Toluca como capital del Estado de México y sede de los tres Poderes, a iniciativa del entonces gobernador José María González Arratia, se inició su construcción con la aportación de los hombres más ricos de aquella época, pues “la ciudad no nació para ser capital, no tenía ni siquiera un edificio digno para albergar a los tres Poderes”.
De esta manera, los hombres que financiaron el proyecto lo hicieron con la idea de dar vida comercial a la ciudad en la parte baja de Los Portales y contar con espacios de vivienda en los altos, por lo que los primeros negocios que se instalaron tenían que ver con su nivel de vida.
En los primeros años se asentaron ahí negocios del ramo de “Ropa y novedades” o de “Telas y Géneros” –como se llamaban entonces–, porque en ese tiempo la ropa se hacía en casa o se encargaban de ello los sastres y las modistas, además, había una gran cantidad de mercerías con productos increíbles para las damas que aprendían a bordar, a tejer, hacer deshilados, incluso las novias hacían las sábanas personalizadas bordando los anagramas de ella y el futuro esposo, pero una vez que llegó la ropa en serie, también eso cambió, expuso.
Son muchas cosas que se van perdiendo, había una cosa que se llamaba “dechados”, lo cual era copiar patrones en papel o en trozos de una tela generosa donde replicaban grecas y muchas otras cosas que, además, les permitían seguir las costumbres de sus mamás y de sus abuelas, ello incluía detalles muy delicados: como el que la novia le regalaba al novio un pañuelo en el cual bordaba su nombre con el cabello de ella misma, lo cual desde hace mucho ya no se usa.
Con el transcurso del tiempo, las tiendas de telas y género cerraron para dar paso a camiserías y tiendas de ropa, incluso, en la época de la Segunda Guerra Mundial abrió sus puertas una tienda que dio paso a la transformación en su nombre, pues utilizaba sus siglas, las cuales son ahora más ligadas a una gasera, pero que en realidad quiere decir Compañía Importadora de Máquinas Modernas, S. A. de C. V. (CIMMSA); esta tienda trajo lavadoras, licuadoras, ollas exprés, cafeteras a la ciudad, dejando fuera utensilios como el metate y el molcajete, la olla de barro para cocer los frijoles, etcétera.
Pero ya en la mitad del siglo XX, hacia 1950 –Los Portales fueron el primer mall de Toluca, decía alguien por ahí–, ahora una familia se va a un centro comercial donde hay maquinitas y juegos para los niños, hay bares para que el señor vaya a tomar la copa, hay productos para las damas; se puede ir a comer a algún restaurante; se van al cine, de donde al salir, se van a cenar.
Igual era hace décadas, el señor iba a tomar la copa a la cantina del San Carlos, iban a misa a la Santa Veracruz; mientras la señora iba a ver los artículos importados, el señor se dirigía a la peluquería del señor Alanís, los niños iban a los helados al Zepelín o a la Élite, después comían en San Carlos o en el Madrid, se metían al cine Coliseo o al Principal; sólo con cruzar la calle, salían para ir a merendar tamales y atole a Los Alpes o a una cenaduría, pues entonces, era lo mismo.
En fin, todo se ha transformado, en ese tiempo nadie iba a pensar que pudiera haber una boutique con ropa para dama en la colonia Américas o en la colonia Morelos, todo estaba en Los Portales, pero nos estamos convirtiendo en una metrópoli y se habla ahora de los nuevos malls que ya van a tener atracciones, que antes eran los juegos mecánicos que sólo daban vueltas; sin embargo, ahora se dice que van a tener otras alternativas, pero también rueda de la fortuna y otras que los van a distinguir.
El cronista municipal de Toluca, Gerardo Novo Valencia, concluyó que los cambios actualmente son tan acelerados que casi no dan tiempo de acostumbrarse a una tendencia cuando ya se están poniendo en práctica nuevas cosas.