El promedio de vida de los negocios en México a nivel nacional es de 7.8 años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

De esta manera, resulta que las causas más frecuentes que llevan a la ruina a los negocios en México son la falta de formación para lograr ventas, la carencia de estrategia y planeación, así como un pésimo control de sus finanzas, aspectos que se recrudecen dentro de las micro, pequeñas y medianas empresas.

“Es común que los emprendedores inicien su negocio sin dimensionar las responsabilidades que conlleva, tanto por desconocimiento como debido a que su prioridad se centra en el desarrollo de la idea creativa, y no en el diseño operativo y comercial”, sostiene al respecto Carlos Ocampo fundador de la desarrolladora de negocios D31.

Por ello, se estima que, en México, el 75 por ciento de los negocios que inician operaciones cierran luego del segundo año de existencia, lo que implica que apenas el 25 por ciento de ellas se mantiene.

Y la importancia de preservar e impulsar a las micro, pequeñas y medianas empresas radica en que representan el 99.8 por ciento de los más de cuatro millones de unidades productivas, las cuales generan el 72 por ciento del empleo nacional y sus ingresos generan más del 50 por ciento el Producto Interno Bruto (PIB), según estimaciones de la Secretaría de Economía (SE).

Al respecto, sostiene Carlos Ocampo fundador de la desarrolladora de negocios D3, dijo que un factor a considerar es que algunos emprendedores adquieren deudas innecesarias en momentos de crisis, que resulta en dificultades económicas en el negocio, y que también propicia el declive del mismo.

“El combustible principal de toda compañía son las ventas, sin embargo, son pocos los que disfrutan hacerlas, por ello es trascendental que los emprendedores consideren capacitarse y desarrollar sus habilidades comerciales, ya que no pueden dejar de generar ingresos, más cuando cuentan con una nómina que cubrir”, explicó Ocampo.