Toluca, México.- El presidente de la Asociación de Bares y Restaurantes del Estado de México (Asbar), Patricio González Suárez, descartó que se dé un aumento en los precios de las bebidas alcohólicas en estos establecimientos, debido a las modificaciones al Código Financiero de la entidad, que contemplan un impuesto de 4.5 por ciento para estos productos y cuyo reglamento se publicó en días pasados.
Nosotros que no compramos grandes volúmenes es relativo lo que nos está subiendo el costo y no creo que tuviéramos que trasladarlo a los consumidores, aseguró González Suárez.
La ventaja de los empresarios del sector restaurantero, expresó, es que no vamos a tener que cobrar ni enterar el impuesto, pues esto será responsabilidad del distribuidor.
El distribuidor nos va a cobrar ese 4.5 por ciento pero la afectación es relativa, pues, según ejemplificó, una botella de ron que cuesta 100 pesos el 70 por ciento de este costo es por concepto de IVA y del IEPS.
El gobierno estatal recaudará el 4.5 por ciento pero de lo que no está gravado, es decir, en este ejemplo, sobre 30 pesos.
Estimamos que dependiendo de la bebida cada pedido subirá 30 ó 40 pesos, lo cual no es muy gravoso para quienes no compramos volúmenes importantes, dijo.
El que compre grandes cantidades pueden ir a otro estado donde no cobren ese impuesto, pero yo creo que los distribuidores van a tratar de absorberlo o hacer un promedio con lo que les cuesta en otras entidades donde no hay este gravamen, consideró.
El presidente de Asbar recordó que este impuesto estatal no aplica a las cervezas y también quedan fuera del impuesto agua miel y productos de fermentación reservados por la Federación.
"Será objeto de este impuesto la bebida que tenga desde 3 hasta 55 grados de alcohol", precisó.
Recordó que cuando se conoció esta disposición de poner un impuesto estatal a las bebidas alcohólicas, hubo una preocupación general del sector "porque sentíamos que nos iba a quitar competitividad frente a los estados colindantes que no lo tienen.
Pero también nos preocupaba la carga administrativa que implicaba para nuestros negocios, a pesar de lo poco que se recaudaría.
"Los restaurantes y bares, insistió, somos de los giros más regulados y tener ahora a la Secretaría de Finanzas que estuviera revisando sería un inspector más y otra oportunidad de corrupción".
"No buscamos ampararnos porque ya quedamos de lado y no lo tenemos que cobrar ni enterar y en segundo lugar, tampoco lo haríamos porque no es muy gravoso", subrayó González Suárez.