Uno de los mayores retos que enfrenta el Estado de México es llevar a la legalidad más de un millón 97 mil fuentes de empleo, que hoy se encuentran en la informalidad.
Gilberto Javier Sauza Martínez, presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales de la entidad (Concaem), indicó que dicha problemática representa un reto para las autoridades, pero los organismos empresariales también deben levantar la mano para ayudar y llevar a la formalidad a dichos negocios.
“La informalidad en nuestro país ha sido por décadas un enemigo a vencer, pero hoy, además representa la oportunidad de integrar estos espacios a los servicios de salud, la contribución fiscal y el desarrollo”, expresó.
Lo anterior, luego de que se dieran a conocer los resultados del Censo Económico 2019, desarrollado por Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el que se revela que el 79.4% de las unidades económicas de la entidad son informales.
De acuerdo con estos mismos reportes, en la entidad se cuentan con 767 mil 547 unidades económicas, de las cuales alrededor de 610 mil comercios, negocios o empresas son informales, y generan una tercera parte de los empleos que hay de manera permanente a nivel local, algunos remunerados, otros no.
Migración a la formalidad
Sauza Martínez sostuvo que son más de un millón de mexiquenses los que perciben sus ingresos de estas unidades económicas, y por ende son fuente de riqueza para la entidad, por lo que las políticas públicas deberían estar orientadas a su migración a la formalidad no a su desaparición.
“El seguir satanizando la informalidad es un discurso no sólo añejo sino inviable, sin estas unidades económicas tendríamos más de un millón de mexiquenses en el desempleo”, indicó el empresario.
Asimismo, el presidente del Concaem calificó como injusto que sean unos pocos quienes aporten para pagar los servicios y el desarrollo del país, sin embargo, más que seguir señalando lo que está mal, es indispensable que se actúe para hacer a la formalidad accesible, atractiva, rentable y una fuente de desarrollo para todos.
Finalmente, consideró fundamental la toma de decisiones acertadas de impulso a la competitividad y el desarrollo, para garantizar que lejos de tener más unidades informales, la formalidad sea el camino para el desarrollo y bienestar común.