Toluca, México.- La caída de la capacidad adquisitiva del salario resulta de gran relevancia por el hecho de que en la economía mexicana poco más del 50% de la población trabajadora se ubica con una percepción salarial de entre uno y dos salarios mínimos, con lo cual este segmento de la población puede adquirir sólo algunos productos y servicios de consumo básico.
El profesor-investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Miguel Ángel Díaz Carreño, en su estudio: “La inflación y su impacto en el salario mínimo en México, 2012-2017”, pidió recordar que a inicio del año se incrementaron de manera sustancial los precios de los combustibles, en particular de las gasolinas y el diésel, los cuales son productos esenciales para el desempeño de todas las actividades económicas.
De esta forma, el especialista consideró que será muy probable que el salario mínimo continúe perdiendo terreno en su capacidad de compra, en particular cuando se le compare con los incrementos de precios de bienes, como es el caso de los energéticos, los alimentos y el transporte, entre otros.
Destacó el crecimiento de los precios que se ha observado en el grupo de los energéticos, frente al cual, el deterioro del salario mínimo real ha alcanzado un 5.57%.
A su vez, explicó, en el caso de los bienes pecuarios, el deterioro del salario real se calculó en 1.62%, y de forma similar ocurrió con el transporte, para el cual se estima una contracción de 0.91%.
“Con todo ello, podemos esperar que en términos reales el salario mínimo se deteriore de manera considerable, teniendo en consideración la inercia y las expectativas inflacionarias observadas en los últimos meses”.