Con el incremento del comercio electrónico también aumentan los fraudes cibernéticos y uno de los más difíciles de detectar es el llamado fraude amigo, el cual puede tener varias categorías.
Este tipo de fraude ha crecido en México, país con el segundo mercado más grande para el e-commerce en Latinoamérica solo después de Brasil, según la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO).
El fraude amigo ocurre en la mayoría de los casos no con mala intención, pero por confusión del dueño de la tarjeta de crédito o débito ya que puede ser que haya hecho la compra pero que no la recuerde, o bien el cliente no reconoce el nombre de la razón social del servicio o producto adquirido, es decir no es el mismo al cual aparece en su estado de cuenta y en el punto de venta.
También está el caso de los clientes que se presentan al comercio o banco explicando que su compra nunca llegó o no fueron realizadas por el titular, lo que representa recuperar dinero y quedarse con el producto.
Ante esta situación el comerciante llega a tener importantes pérdidas por este tipo de fraudes, incluso los bancos realizan gastos administrativos para hacer una investigación antes del retorno total de la transacción.
En México el crecimiento de este delito es del 72% al año, dejando así a empresas con números negativos en sus finanzas.
Para prevenir e identificar el fraude amigo se necesitan herramientas especiales que lo diferencien del del fraude criminal, así como tomar algunas medidas simples para minimizar la cantidad de fraude amigo que experimenta la empresa.
Ser una empresa honesta y ética es una de las mejores maneras ya que los clientes tendrán la misma filosofía, además de tener un servicio eficiente de atención al cliente, entre ellos mantenerlos siempre informados, lo que permitirá generar una lista negra de infractores reincidentes.