Ante la contingencia del COVID-19, los distintos sectores económicos de la entidad deben ser solidarios con los mexiquenses que no reciben un sueldo fijo o son microempresarios.
Especialistas consideran que se requiere de un blindaje hacia ese segmento de la población.
A la fecha los gobiernos federal y estatal ya anunciaron el adelanto de algunos programas sociales para mitigar las posibles afectaciones por la contingencia del Covid-19 en México, pero académicos consideran que debe evitarse una recesión económica.
De acuerdo con el investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).- Eduardo Garduño Campa, tanto la autoridad federal como la estatal deben anticipar daños en el crecimiento económico de los micros y pequeños comerciantes, a través de estímulos fiscales.
Estos estímulos fiscales, dijo, podrían ser la condonación de impuestos o una prórroga para el pago de los mismos, de tal forma que los pequeños comerciantes no resulten tan golpeados.
Y ante una afectación mayor, los gobiernos federal y estatal también deben de pensar en un subsidio, sin embargo, este no debe ser más que un plan de emergencia para rescatar la economía del país, pues de lo contrario, se corre con el riesgo de “viciar” esta opción.
“Pueden pensar en quitar los impuestos que les corresponden (a los pequeños negocios y comerciantes), por ejemplo, si tiene que pagar en marzo que paguen hasta mayo, pero más que perdonarles los impuestos sería prorrogarles, porque entonces volvemos a caer en lo mismo, viciar los subsidios como hasta ahora”, manifestó el académico de la Máxima Casa de Estudios mexiquense.
“El problema es que se contamine, que se pervierta una política pública y se pervierta a unos cuantos. Los subsidios no son malos, en Estados Unidos el 80 por ciento de los jornaleros y los agrícolas dependen del subsidio, en Francia también se tienen”, agregó.
Por su parte Paul Valdés Cervantes, director de Parámetro Consultores y profesor universitario, añadió que hacen falta acciones para proteger a los comerciantes informales, pues los programas sociales y subsidios no cubren a este sector.
“En este sector se encuentran las personas que están en su edad productiva, que tienen niños pequeños y que están en casa y no pueden dejarlos solos por salir a trabajar, no cuentan con ahorros ni otra ayuda, por ejemplo, en la industria de la construcción no hay obra pública privada suficiente y el efecto de la contingencia, es devastador en su economía”, expresó Valdés.
Al recordar que las mipymes cuentan pueden tener hasta un máximo de 10 empleados, el académico dijo que estos trabajadores pueden ser los más vulnerables ante una fuerte contingencia derivado de la pandemia por Covid-19.
En ese sentido, llamó a la población a ser solidarios con los pequeños comerciantes y a consumir local, pues con esta acción de alguna manera se proveería mayor seguridad económica a este sector.
CIFRAS
Según las estadísticas de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), hasta el último trimestre de 2019 había 8.2 millones de mexiquenses en la población económicamente activa (PEA), de los cuales 4.5 millones de personas trabajaban en las modalidades de empleo informal como el trabajo doméstico remunerado de los hogares, trabajo agropecuario no protegido y trabajadores subordinados que, aunque trabajan en unidades económicas formales, lo hacen en modalidades fuera de la seguridad social.
Cabe mencionar que el Estado de México contribuye con el 8.9 por ciento de la generación del Producto Interno Bruto (PIB), según lo informado recientemente por el secretario de Desarrollo Económico estatal, Enrique Jacob Rocha.
De esta manera, la entidad mexiquense se posiciona en los primeros lugares en aportaciones al PIB en las actividades primarias, secundarias y terciarias.
De acuerdo con los resultados del Producto Interno Bruto por Entidad Federativa 2018 del INEGI, la Ciudad de México, el Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz, Guanajuato, Coahuila, Puebla, Chihuahua, Sonora y Baja California, aportaron de manera conjunta el 66.2% del PIB nacional a precios básicos en términos nominales durante ese año.