Para el último año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) propone un presupuesto de 17 mil 984.7 millones de pesos para reparar los daños que se generen por fenómenos naturales como sismos, huracanes, erupciones e inundaciones.
De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, este monto es 44.3 por ciento menor en términos reales respecto a 2018, cuando llegó la Cuarta Transformación y el fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) contaba con recursos por 32 mil 302.3 millones de pesos.
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México, al estar en una zona sísmica y con riesgo de impacto por ciclones tropicales que pueden dañar a la población, cuenta con diferentes herramientas para hacer frente a los gastos que se generen sin afectar las finanzas públicas, según expone la Secretaría de Hacienda.
Una de estas herramientas era el Fonden, creado desde 1996, derivado de mesas de trabajo y programas para prevenir desastres naturales en el país a raíz de los terremotos ocurridos en la década de los 80. Previo a su extinción en 2020, como parte de un decreto presidencial para eliminar varios fideicomisos y así tener recursos para la atención de la crisis sanitaria del Covid-19, su principal operador era el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras).
No obstante, la asignación de recursos presupuestarios se sigue reportando en el ramo 23 de Provisiones salariales y económicas debido a que otros programas o pago de obligaciones como las de un seguro y bono catastrófico aún dependen del Fonden, explicó Jorge Cano, investigador del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas en México Evalúa.
“De cierta forma se siguen utilizando los recursos para lo que anteriormente se utilizaba el Fonden, que es para la reconstrucción de infraestructura, atención inmediata de las personas en vulnerabilidad, ya sea con agua o medicamentos”, comentó en entrevista.
Agregó que igual que otros ramos o dependencias, hay recursos que no se ejercen por completo en un año fiscal y terminan por transferirse a otras áreas, como las secretarías del Bienestar, la Defensa Nacional (Sedena) o la de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
Uno de los desastres naturales que más recursos requirió del Fonden fue el sismos de 2017, al destinarse alrededor de 28 mil 600.9 millones de pesos al cierre del cuarto trimestre de ese año, según reportes de Hacienda.
Sobre el seguro y bono catastrófico, Cano agregó que una de las principales desventajas es que se tiene que cumplir con ciertos parámetros para hacerlos válidos, por ejemplo, que un sismo sea de cierta magnitud o que el ciclón sea de cierta categoría.
Según la SHCP, el seguro para catástrofes tiene vigencia hasta el 5 de julio del próximo año y ofrece una cobertura de cinco mil millones de pesos. Los deducibles son aplicados para sectores como el carretero, educativo, vivienda y salud.
Por su parte, el bono catastrófico es por una suma asegurada de 485 millones de dólares contra pérdidas derivadas de sismos y ciclones tropicales; estará activo hasta marzo de 2024.
“Se analizarán diversos esquemas y estrategias para fortalecer la cobertura en materia de transferencia de riesgos, así como minimizar el impacto a las finanzas públicas ante eventos catastróficos”, destacó la dependencia. El Fondo para la prevención de desastres naturales (Fopreden) tendrá 228.3 millones de pesos.
Extinción a medias
Los recursos del Fonden pasarían a las arcas del país mediante una extinción ordenada y paulatina, pues muchos programas públicos o entidades federales dependían de este fideicomiso.
No obstante, hasta el segundo trimestre de 2023 el Fonden todavía reportó un saldo de 89.7 millones de pesos, así como ingresos y rendimientos por más de 8.2 y 4.6 millones de pesos, respectivamente.
La oficina de Rogelio Ramírez de la O justificó en su informe trimestral que desde el 1 de enero de 2021, dicho fideicomiso no ha asumido compromisos adicionales a los de su extinción, salvo los relativos a gastos de operación.
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“En materia de transparencia lo correcto sería especificar el gasto en atención de desastres naturales en cada secretaría, que hubiera un anexo particular y no solo una línea de gasto pues existen muchas discrecionalidades”, concluyó el investigador de México Evalúa.