El regreso a las oficinas y centros de trabajo privados de manera presencial deberá ser gradual, escalonado y cuando la mayoría de la población esté vacunada contra la Covid-19, coinciden en señalar docentes de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Además los académicos, entrevistados por separado, indicaron que avanzar hacia el color amarillo en el semáforo epidemiológico no significa volver a la antigua normalidad, sino que han disminuido los casos de contagio por Covid-19.
En ese sentido el profesor de dicha facultad, Dante León, detalló que el retorno a dichos centros laborales debe ser escalonado, para cuidar de la salud de los empleados y sus familias.
“La reactivación de la economía es urgente, pero deben ser inteligentes. Se requiere que la mayoría de la población esté vacunada, y se recomienda el regreso escalonado”, sostuvo.
Explicó que muchas empresas tal vez opten por continuar con el trabajo vía remota, pues las empresas han ahorrado en servicios como energía eléctrica, conectividad o mantenimiento, gastos que absorbe el trabajador.
Ante esto, el catedrático recalcó que es recomendable seguir con una actividad híbrida en las áreas que lo permitan, para evitar que aumenten los contagios y con ello tener un retroceso en el semáforo epidemiológico.
Por su parte Eduardo Garduño Campa, catedrático de la misma institución, coincidió en que el retorno presencial al trabajo debe ser paulatino y con un aforo mínimo.
“Cuando el 80% de la población esté vacunada (se debe regresar), aun cuando cambie de color el semáforo de riesgo epidemiológico; actualmente estamos en amarillo, pero podemos aspirar al verde o incluso regresar al rojo”, indicó.
Al respecto apuntó que es importante que la ciudadanía sea responsable y respete las medidas sanitarias.
“El regreso se verá impactado para todos en el ámbito laboral, empresarial, de educación y familiar”, detalló.
Garduño Campa expresó que si bien las unidades económicas han generado ahorros con el modelo de teletrabajo, también se advierte un desgaste físico y emocional de los empleados.
“El ahorro para la empresa es relativo, porque también se pierde la vida laboral activa, presencial y emocional, sobre todo”, explicó.