No solamente los padecimientos mentales se han incrementado en el Estado de México, como en el resto del país en los dos últimos años, sino también el “estrés financiero”, debido a la complicada situación económica, ya que se estima que el 33% de la población ha visto empeorar sus finanzas personales.
Tras afirmar lo anterior, Óscar Rosado Jiménez, presidente de la Comisión para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), refirió que el 56% de la población adulta en México (50.6 millones) reportó haber tenido afectaciones económicas derivadas de la pandemia del Covid-19, las cuales han sido mayores en el centro del país.
Uno de cada tres trabajadores mexiquenses labora en la informalidad
“La población afectada se ha visto obligada a recurrir a diversas medidas para enfrentar el choque económico -lo que les ha generado estrés-, así como el continuo aumento de precios en los productos básicos de los últimos meses”, externó.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), ocho de cada 10 personas en México ha recurrido a sus ahorros para solventar su situación económica y sólo cuatro de cada 10 ha recurrido a préstamos con familiares.
“En estos años de pandemia ha sido evidente que un gran número de personas siguen sin estar preparadas en términos financieros para hacerle frente a una prolongada crisis de ingresos; de hecho, muchas ni siquiera han podido cubrir sus necesidades básicas al menos durante tres meses, por lo que han tenido que utilizar sus ahorros o vender algunos bienes”, manifestó.
Derivado de lo anterior, hizo énfasis en el “estrés financiero” que padecen muchos mexicanos, ocasiona angustia, ansiedad y presión ante una situación económica llena de incertidumbre y de dificultad.
Pidió tomar en consideración que el estrés impacta no solamente en nuestra salud física provocando insomnio, depresión y problemas cardiovasculares, sino que también afecta el bienestar emocional: la familia, el entorno social, el contexto laboral y escolar.
Lo anterior, precisó, ha quedado de manifiesto en diferentes situaciones que ha venido asumiendo la población, como: El hecho de que se pague un crédito con otro, se utilice la tarjeta de crédito para gastos diarios, exista atraso en el pago de préstamos o servicios y se pida prestado para llegar a fin de mes.
“El estrés financiero no es un problema que deba minimizarse, ignorarse o postergarse, debe ser atacado con decisión, estableciendo un plan específico que permita una mejor utilización de los recursos económicos personales, ya que el hecho de no contar con un presupuesto o registro de los gastos puede hacer perder tiempo y dinero”, concluyó”.