Aun cuando el Gobierno federal tenga un manejo prudente de la deuda o mantenga la estabilidad en las finanzas públicas, el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador terminará con una tendencia de inversión debilitada, de acuerdo con la calificadora Moody’s.
Una de las proyecciones de la agencia de cara al 2024, según Renzo Merino, analista principal de Moody’s para México, es que también continuarán los apoyos gubernamentales a las empresas estatales, como Petróleos Mexicanos (Pemex).
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Las estimaciones de Moody’s apuntan a que solo por apoyos gubernamentales a Pemex se destinarán entre uno y cinco puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) del país de manera anual.
“El escenario base que tenemos para la calificación es consistente con las dinámicas que esperamos para lo que resta del sexenio, hasta cierto punto, lo que habría que recalcar es que no esperamos que por el lado económico haya un cambio en cuanto a las dinámicas relacionadas a la inversión en el país”, explicó el especialista en conferencia de prensa.
Renzo Merino recordó que durante el sexenio se presentaron diversas iniciativas que pusieron en riesgo el clima de inversión privada en el país, como la reciente propuesta de Reforma Eléctrica, que busca fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre sus competidores y que fue desechada en abril pasado.
“Por un lado se han observado tendencias negativas relacionadas a la inversión en el país, que ya precedían a la pandemia, pero creemos que luego del choque de 2020 se ha visto una muy gradual recuperación de inversión en el país. Creemos que esto pesará en las perspectivas de corto plazo para la economía mexicana”, puntualizó el analista.
Agregó que en abril del año pasado, cuando se ratificó la calificación del país en ‘Baa1’ con perspectiva ‘negativa’, Moody’s esperaba que la economía nacional pudiera recuperarse en función del desarrollo económico de Estados Unidos.
Sin embargo, con el paso de los meses ocurrieron una serie de choques internos y externos que limitaron esta expansión, por lo que ahora la calificadora prevé que México se recuperará más débil que otros países que tienen la misma calificación.
Apenas el viernes pasado, la agencia recortó la calificación de México a ‘Baa2’, y modificó la perspectiva a ‘estable’, debido a que se prevé un mayor deterioro económico y fiscal.
Con este movimiento, el país está a dos escalones de perder el grado de inversión por parte de Moody’s, lo que significa que se corre el riesgo de obtener financiamientos soberanos más caros o en condiciones más apretadas.
El ajuste por parte de Moody’s ocurrió dos días después de que S&P Global Ratings ratificó la nota del país en ‘BBB’ y ‘BBB+’, y también asignó una perspectiva ‘estable’, desde ‘negativa’.
“Moody's espera que la actividad económica continúe siendo afectada por débiles perspectivas de inversión y rigideces estructurales, factores que impedirán revertir el impacto que la pandemia tuvo sobre la actividad económica”, dijo la calificadora en un reporte.
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Renzo Merino detalló que el ajuste en la calificación también fue porque se prevé que el gasto público será más rígido, ante la necesidad de continuar con los apoyos gubernamentales a empresas estatales.
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