En medio de la pandemia del Covid-19 los videojuegos surgen como un aliado para hacer más llevadero el confinamiento a personas de todas las edades, para los niños representan una herramienta para su desarrollo mental, físico y de entrenamiento.
Los menores de edad pueden aprovechar los juegos educativos que les ayudan a desarrollar su destreza e incluso tolerancia a la frustración.
Hugo Sánchez Castillo, investigador del Departamento de Psicobiología y Neurociencia de la Facultad de Psicología de la UNAM, da a conocer en el artículo titulado Como aprovechar mejor la experiencia con los videojuegos, publicado el 8 de febrero, que los videojuegos en sí no son perjudiciales si se utilizan de manera adecuada.
El especialista destaca que los videojuegos son una responsabilidad compartida del jugador y el proveedor, es decir los padres y tutores, así como la empresa que lo desarrolla al regular los contenidos, si están bien dirigidos pueden mejorar la capacidad de planeación cuando los obligan a utilizar estrategias y elementos que los llevan decidir a futuro.
Adicionalmente mejoran los tiempos de reacción, pues en algunas situaciones se tiene que presionar un botón a cierta velocidad o seguir una secuencia; todo esto en un tiempo límite y a contra reloj, mejoran los aspectos de la memoria a corto plazo, ya que dentro de los juegos se exponen algunos retos en donde hay que recordar situaciones u objetos que se vieron antes o que están inmersos, lo que ayuda a mejorar la atención, la concentración y la memoria.
No obstante los videojuegos que originalmente se crearon como apoyo estratégico para la milicia, también tienen su lado negativo, sobre todo cuando tienen que jugar en línea con otros niños lo que podría significar una amenaza porque existen muchos depredadores de menores que se encuentran al acecho de la primera oportunidad que se les presente, por lo que es necesario que los padres o tutores los acompañen para una experiencia dirigida.
Para obtener buenos resultados, Sánchez Castillo resalta que debe limitarse el tiempo de utilización de los videojuegos, sobre todo en los niños, este tipo de actividades no debe interferir con otros quehaceres como el comer o hacer la tarea.
Resaltó que es importante tomar atención a la clasificación del videojuego que permite identificar qué juegos se pueden utilizar dependiendo de la edad de cada usuario, ya que si el niño de 10 años de edad usa uno recomendado para un joven de 21, se va a enfrentar a situaciones que aún no alcanza a comprender, esto lo llevaría a confundirse entre la realidad y la fantasía y es cuando surgen las complicaciones.