Hace unos días Google anunció su desvinculación con la marca china, impidiendo así, algunas actualizaciones de Android y el uso de ciertas aplicaciones populares en dispositivos Huawei. Esto generó cierta incertidumbre entre millones de usuarios de la compañía china alrededor del mundo.
Dicha información salió a la luz después de que el gobierno de Trump incluyó a Huawei en una “la lista negra” que impide hacer negocios con empresas de su país, a menos que cuenten con un permiso especial.
Según el comunicado, la razón de dicha medida es prevenir que China utilice a su marca como una herramienta de espionaje; situación que la firma ha negado contundentemente.
El movimiento final en una campaña emprendida por el gobierno de EE.UU. por razones políticas.
A pesar de que la legislación china indica que las empresas deben "apoyar, cooperar y colaborar con el trabajo de la inteligencia nacional"; Ren Zhengfei, dueño del gigante tecnológico, declaró a la BBC que su empresa nunca permitirá el espionaje por parte del gobierno chino.
Nuestra empresa nunca cometerá actividades de espionaje. Si lo hiciéramos, entonces cerraríamos la compañía.
No es algo nuevo
A finales del año pasado, mientras se desarrollaba la cumbre del G8 en Buenos Aires los presidentes de China y E.U.A sostuvieron una reunión con una guerra comercial como trasfondo.
En aquella ocasión Trump y Xi Jinping pudieron lograron limar asperezas; sin embargo Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei e hija mayor de Ren, había sido detenida en el aeropuerto de Vancouver, a petición de EE.UU., acusada de haber violado las sanciones contra Irán.
Desde ese momento el gobierno norteamericano emprendió una larga disputa contra la empresa, culminando en la suspensión de servicios d el gran G, pues no es secreto que Huawei es considerado por ellos como un brazo del Partido Comunista chino que podría atentar a su seguridad nacional.
De ninguna manera EE. UU podrá aplastarnos (...) El mundo no nos puede dejar, porque somos más avanzados.