La gran cantidad de residuos electrónicos generados cada año sigue siendo un problema a nivel global, debido al impacto ambiental que pueden llegar a tener.
De acuerdo con las cifras, tan sólo el año pasado se tuvieron 53.6 millones de toneladas de estos residuos a nivel mundial, pero sólo el 17.4% se recogieron y reciclaron.
El proceso de reciclaje de estos residuos ha mejorado en años recientes, sin embargo, falta reforzar el consumo responsable a través de campañas, así como un mayor compromiso de las empresas fabricantes y distribuidores.
Entre los desechos electrónicos están computadoras personales y de escritorio, con sus accesorios; laptops, teléfonos celulares, monitores con tubos de rayos catódicos, televisores, pantallas de cristal líquido, reproductores de audio y video portátiles, cables para equipos electrónicos, impresoras, fotocopiadoras y multifuncionales.
Se suman también los electrodomésticos, como lavadoras, refrigeradores, aire acondicionado, secadoras, licuadoras y hornos de microondas, de acuerdo con la información publicada en 2014 por Índigo Proambiental titulado: Plan de Residuo de Aparatos Electrónicos y Eléctricos (RAEE).
“Es importante señalar que los residuos electrónicos van en aumento y en su mayoría no son reciclados o no se disponen de las manera correcta, lo que ha provocado que se contaminen diferentes ecosistemas, no obstante, ya hay algunas empresas que tienen el modelo de economía circular y procesan los residuos de manera más ecológica, por ejemplo, el teléfono celular sólo el 16% es lo que ya no se puede reciclar”, señaló Derik Roa, presidente y fundador de Eco Urban.
Entre los componentes de los dispositivos electrónicos están los metales ferrosos, aluminio, cobre, plomo, cadmio, mercurio, oro, plata, paladio, plásticos bromados y vidrio.
Proceso de Reciclaje
El proceso para el reciclaje de los residuos electrónicos consiste en una cadena y se considera desde la campaña de difusión para detectar los aparatos que han dejado de tener una utilidad por parte del consumidor hasta la exportación de los materiales que tendrán nueva vida en otros dispositivos.
Derik Roa, también especialista en temas ambientales y la economía circular, detalló los pasos más importantes de dicho proceso, el cual contempla al menos seis etapas.
Difusión: se lanza la campaña por parte de empresas, gobierno, instituciones de educación, asociaciones civiles, que ayudarán a fortalecer la participación ciudadana a la hora de llevar los residuos a los puntos de acopio.
Recolección: los equipos se adquieren por pago, donación o adquisición en los centros de recepción.
Traslado: consiste en llevar los residuos para continuar con el desmantelamiento y selección de los materiales útiles y los que no se podrán aprovechar.
Separación, desensamble y pre-procesamiento de materiales: esta actividad considera la clasificación de los equipos, su desensamble es por procesamientos manuales o mecanizados, que obtienen los materiales valiosos y aquellos que se podrán reutilizar.
Procesamiento final: es el punto en que los residuos pasan a ser materia prima y se reincorporan en los nuevos procesos productivos a través de la fundición, en esta etapa se involucran los usuarios, empresas productoras, gobierno y asociaciones.
Disposición final: es bajo las condiciones ambientales establecidas y está enfocada a los residuos que ya no tienen valor en el mercado o no existe la tecnología para su reciclaje, en cuanto a los materiales útiles se da paso a la exportación que les dará vida nueva.
Cifras
De acuerdo con datos del estudio The Global E-waste Monitor 2020, conducido por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), durante 2019 se produjeron 53.6 millones de toneladas (Mt) de basura tecnológica en el mundo, de los cuales sólo un 17.4 % se reciclaron de manera formal.
Asia generó el mayor volumen de chatarra electrónica el año pasado (24,9 Mt), seguido de América (13,1 Mt) y Europa (12 Mt), mientras que África y Oceanía generaron 2,9 Mt y 0,7 Mt, respectivamente.
El informe también destaca la falta de datos fiables sobre los residuos electrónicos a nivel de país, las evidencias sobre producción, gestión y reciclado de residuos suelen ser circunstanciales, y además sólo hay 41 países en todo el mundo que recopilen datos para las estadísticas internacionales.
El número de naciones que han adoptado una política, legislación o reglamentación nacional ha aumentado de 61 a 78, entre 2014 y 2019, no obstante, en muchas regiones los avances en materia de reglamentación son lentos, la aplicación de la ley es escasa y la gestión adecuada de los residuos electrónicos es deficiente.
En el caso de México, el reporte indica que en 2019 se generaron 1.2 millones de toneladas de tecnobasura, de las cuales únicamente 36 mil toneladas fueron debidamente recicladas.
La acumulación se ha acrecentado de forma exponencial en los últimos años en México debido a diversos factores: poca cultura de reparación y reutilización, así como la falta de responsabilidades claras para los fabricantes, distribuidores y autoridades.
De acuerdo con autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en el artículo titulado: Residuos electrónicos en México y su potencial consumo sustentable (septiembre 2019), sólo ocho de los 32 estados del país cuentan con normativas relacionadas con su manejo. En 2017, la Semarnat, en conjunto con otras instituciones, identificó 153 empresas a nivel nacional con una capacidad de manejo autorizada de 235 mil 859 toneladas.
Economía Circular
El modelo de economía circular busca la manera de quitar la obsolescencia programada que tuvo su mayor auge de los años 70 al 2000, el reto es que los aparatos electrónicos den su máximo en toda su vida útil, tengan alternativas para su reparación y reducir los problemas de contaminación.
“Lo bueno es que ya hay empresas que están rediseñando sus aparatos para que en el futuro no afecten el medio ambiente y de manera adicional ellas mismas organizan los puntos para recibir los residuos con la finalidad de recuperar sus productos, también se ha buscado que los materiales sean biodegradables”, agregó Derik Roa.
El especialista detalló que el origen de la obsolescencia programada es que las empresas quieren vender más productos y si éstos duran mucho para ellos no es negocio, es así que llegaron los aparatos desechables, además de lo complicado para repararlos ni siquiera había piezas, una estrategia de las diferentes marcas, por eso se está quitando, la intención es volver al inicio cuando no había una fecha de caducidad.
Roa reconoció que en todo este proceso del reciclaje el tema económico es un obstáculo porque depende de la oferta hacia el consumidor, de ahí que se debe reforzar el tema de la economía circular, un concepto que se interrelaciona con la sostenibilidad, cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, para reducir al mínimo la generación de residuos.
Avances
Para Derik Roa hay avances en el consumo y producción responsable de los artículos electrónicos, ya hay el caso de empresas que se pelean por los residuos debido al valor económico que tienen una gran parte de sus componentes.
Sin embargo, reconoció que es diferente cuando tienen un aparato que después de 40 años sigue funcionando perfectamente, lo más probable es que dure muchos años más y adquieren incluso un valor adicional, además si llega a tener algún daño se pueden arreglar, lo que no sucede con muchos de los equipos modernos como las pantallas, teléfonos y computadoras.
Una campaña local
En Toluca se tuvo una campaña por parte Eco Urban que se llamó Ecoelectrónicos; se lanzó hace tres años.
La primera etapa se realizó en escuelas y al año siguiente en la Plaza de los Mártires; por tonelada de residuos recibió un apoyo económico alrededor de 6 mil pesos que se utilizaron para comprar árboles.
Durante el primer año se obtuvo un promedio de dos toneladas de residuos debido a que la difusión duró dos meses, para el 2018 en la Plaza de los Mártires como fue un solo evento se llegó a un promedio de media tonelada.